Por Gabriela Moreno

Una imagen habla más que mil palabras. Nada de lo que el líder de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), Iván Márquez, dijo en los cinco minutos de un video divulgado en memoria del excomandante Manuel Marulanda, alias ‘Tirofijo’, trascendió. Lo relevante ha sido la exhibición de los fusiles rusos que Moscú vendió en años recientes a Venezuela.

Sobre la mesa y en primer plano aparece el rifle de asalto AK-103 (una de las versiones más modernas del ya viejo AK-47) que Rusia negoció con el régimen de Nicolás Maduro, así como los Tavor SAR, Tavor X95, P90, AKM, y AK.

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Con todos estos fusiles rusos, Márquez promete el “poder para el pueblo” pero la traducción de la escena es que refleja los vínculos con el chavismo, así lo analiza Andrei Serbin Pont, director de la Coordinadora Regional de Investigaciones Económicas y Sociales (CRIES) para América Latina y el Caribe, en entrevista con PanAm Post.

“Normalmente las FARC, cuando hacen este tipo de comunicados, eligen bien lo que exponen en términos de armamento y generalmente eligen lo más avanzado”.

Y “esta vez, sobre el lado izquierdo se ven los fusiles Tavor que empezaron a incorporar en los últimos años, que son adquiridos ilegalmente en el mercado civil norteamericano y contrabandeados para Colombia, pero en la región, los AK 103, el único operador de este sistema de armas es la Fuerza Armada Nacional Bolivariana”, precisa el experto en armas.

No hay dudas. “Es un fusil más fácil de detectar por el apagallamas que tiene, la culata plegable y el guardamano moderno que posee, mientras que quienes están atrás operan con versiones antiguas”.

Un mensaje directo

¿Quieren demostrar que cuentan con apoyo de las Fuerzas Armadas Bolivarianas de Maduro? “Viene por ese lado. También hay que considerar que es muy probable que el video se grabó dentro de Venezuela, lo que refuerza la hipótesis de que el mensaje es para el Gobierno colombiano”.

Estas señales implícitas en la reaparición del guerrillero junto a sus aliados por el «Día del Derecho Universal de los Pueblos a la Rebelión Armada” evidencian “una creciente fragmentación y proliferación de grupos armados no estatales operando en territorio venezolano o aprovechando el territorio para operar con las fronteras de otros países”, afirma el especialista en política exterior, defensa y seguridad.

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Con nexos socialistas

Las FARC tienen condiciones a favor desde Venezuela. En el país “las unidades de la Fuerza Armada Nacional que están en el terreno, sobre todo en zonas fronterizas o en el arco minero, operan con base a intereses políticos, económicos a nivel local más que con premisas doctrinales que vienen desde Caracas”, indica el analista internacional a PanAm Post.

Y esa permisividad provoca que “rápidamente la gama de grupos armados que operan a Venezuela tiende al incremento de la conflictividad” causando que “hoy por hoy los que están ganando son aquellos que pueden sacarle rédito a todo este tipo de actividades ilícitas, que están en competencia o a veces en cooperación con las instituciones del Estado venezolano”.

Ello explicaría el hecho de que “grupos paraestatales estén fortaleciéndose dentro del territorio venezolano, porque en este tipo de negocios los que obviamente pierden son justamente las instituciones democráticas que tienen que lidiar con cuestiones de inseguridad, de criminalidad”.

Pero Márquez mantiene su guion. No dedicó ni una palabra al combate en la zona fronteriza de La Victoria y Arauquita, pero su video coincide con un recrudecimiento de la crisis entre «disidentes» de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y la Fuerza Armada venezolana en el estado Apure, fronterizo con Colombia.

Para él, la «traición” al proceso de paz de La Habana es el único tema, mientras que Estados Unidos ofrece por su captura hasta 10 millones de dólares por conspiración y narcotráfico con funcionarios venezolanos.

Atentos y prevenidos

Del otro lado, en Colombia están atentos a estos movimientos. En un consejo de seguridad enArauca se decidió reforzar la presencia de los militares colombianos en la capital del departamento y su perímetro urbano.

La cifra de funcionarios pasará de 700 a 2000 hombres con la nueva instrucción emitida por el ministro de Defensa, Diego Molano, quien delegó en la Octava División del Ejército resguardar la zona donde se registró el combate armado entre los frentes de las FARC, comandado por Márquez, en contra del frente décimo de ‘Gentil Duarte’, con el apoyo de las Fuerzas Armadas Bolivarianas del régimen de Nicolás Maduro.

La ofensiva provocó pánico en La Victoria –localidad fronteriza venezolana perteneciente al estado Apure– y más de 3000 habitantes se desplazaron y permanecen en 8 albergues en Arauquita.

“La preocupación por este enfrentamiento crece a medida que aumenta también el número de personas que llegan a Arauquita, y que tiene al municipio colombiano a punto de una declaratoria de calamidad pública”, señala El Tiempo.

El conflicto proyecta un periodo de enfrentamientos oscuros, y Maduro tendrá que arreciar contra uno de los grupos ilegales o buscar una negociación entre actores irregulares para evitar más muertes de sus funcionarios –ya se cuentan dos militares– así como el caos humanitario.

Enemigos a la vista

‘Antonio Medina’, el jefe del frente 28 con injerencia en Casanare, cerca de la zona del reciente enfrentamiento, se declaró enemigo del régimen de Maduro por atacar en complicidad con Márquez al frente décimo.

En un audio divulgado en Araquita, condenó “el ataque indiscriminado del Ejército venezolano contra la población civil” y prometió unirse “en solidaridad” con el frente décimo para “atacar las bases militares del Ejército venezolano”.

Omar Pardo Galeano –su verdadera identidad– tiene dos décadas en la organización criminal, antes como líder del frente urbano ‘Antonio Nariño’, como brazo político de las FARC en Bogotá, especialmente en localidades como Usme y Soacha, con los alias de ‘Adrián’, ‘Bersely’ o ‘Culebro’.

En 2009 fue capturado por las autoridades y en 2017 el tribunal de Justicia y Paz de Bogotá le otorgó libertad y se acogió a la Justicia Especial de Paz, a pesar de su expediente por extorsión, rebelión, terrorismo y reclutamiento forzado.

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Meses después regresó nuevamente a delinquir. Ahora su interés en el territorio venezolano deriva del “tráfico de sustancias ilícitas y material de guerra” que mueve entre Apure y Arauca desde donde “planea todo tipo de acciones terroristas en contra de la infraestructura crítica del Estado y la Fuerza Pública”, destaca un informe de inteligencia de Colombia citado por Infoabe.

Necesita junto al frente décimo su cuota en la franja territorial para “realizar inteligencia delictiva para identificar a sus víctimas y así posteriormente realizar los videos y llamadas desde el estado de Apure, donde goza de la compañía de varias mujeres menores de edad y carros de alta gama”.

Fuente: panampost.com

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