Por Santiago Las Heras
El presidente socialista de Argentina, Alberto Fernández, y el líder comunista chino, XI Jinping, estarán cara a cara. La cita será en mayo y fue confirmada por el Gobierno argentino. El ansiado encuentro se dará luego de la invitación que le realizara Xi Jinping a Fernández con el fin de profundizar las relaciones geopolíticas entre Argentina y China.
Por si caben algunas dudas sobre las verdaderas intenciones del Gobierno argentino, fue el propio Alberto Fernández el encargado de aclararlas: “Argentina es un país con muchísimas oportunidades donde China puede ser un actor central”.
Recordemos que en su momento Fernández agradeció el apoyo de Beijing en medio de la pandemia y su respaldo financiero de $18.500 millones de dólares para las reservas del Banco Central. El líder comunista sostuvo que apostaba al comercio exterior entre ambos países.
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“Queremos que más productos y con más valor agregado ingresen a China”, afirmó el mandatario asiático.
Desde el entorno del presidente Fernández aseguran que Xi Jinping “está dispuesto a iniciar negociaciones para el ingreso de la Argentina a la Ruta de la Seda“, un gigantesco proyecto de infraestructura que pretende unir a China con Europa, Medio Oriente, África y América Latina.
Hasta el momento, en su estratégica expansión por América, China logró seducir a Uruguay, Panamá, Chile y Perú para que ingresen a la Ruta de la Seda. En este contexto, con la visita de Alberto Fernández ya confirmada, Beijing se aseguraría un importante éxito diplomático.
“Para los países de la región que se incorporan a esta iniciativa china, es una ventaja económica que no aparece todos los días: Beijing financia todos los proyectos locales que se ajustan a su perspectiva de ascenso como primera potencia del mundo”, aseguraron desde la Secretaría de Energía.
“Para Beijing se trata de una jugada estratégica global que permitirá ocupar espacios de poder territorial que Estados Unidos cedió en las últimas décadas”, aseguraron en la intimidad del oficialismo kirchnerista.
Mientras tanto, desde la Secretaría de Energía informaron que el presidente argentino llevará a su viaje “un menú con obras de infraestructura claves para ofrecer” preparado por el Secretario de Energía, Darío Martínez junto con el ministro de Economía, Martín Guzmán.
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En el detalle de la propuesta argentina existen cinco proyectos de infraestructura energética con los que el Gobierno pretende seducir a China “a cambio de inversiones millonarias en lo inmediato”, entre las que destaca el Gasoducto San Jorge para transportar gran parte de la producción hidrocarburífera de Vaca Muerta.
También propondrán la red eléctrica en AMBA, para desarrollar obras de ampliación de la red eléctrica del Gran Buenos Aires; el proyecto de electricidad en la Patagonia, que contempla una obra que resolverá el problema de abastecimiento eléctrico en el sur del país; el gasoducto de la Mesopotamia, que prevé avanzar con el cruce del gasoducto por el río Paraná y el ramal hacia el norte de Corrientes a Misiones; y la instalación de la Central Térmica Manuel Belgrano II.
Además de estas cinco obras que la Secretaría de Energía argentina intenta promocionar, se pudo saber que también existe la consideración de una de las obras más reclamadas a la Argentina por el régimen de Xi Jinping en los últimos siete años: la construcción de una central nuclear con tecnología completamente china.
“Vamos a impulsar en los próximos años las obras de energía centrales para el desarrollo económico de la Argentina pero necesitamos de inversores y China puede ser un actor importante en esto”, reconoció un entusiasta funcionario de la Casa Rosada.
“Se trata de una alianza estratégica integral que se consolidó con Beijing y que Alberto Fernández buscará profundizar en su próximo viaje a China”, aseguró.
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Además, el mandatario argentino “tentará a los chinos con la oferta de que inviertan unos $2300 millones de dólares en las obras que necesita el gas argentino para desarrollarse”, reconoció un ministro que participará del viaje al país de Oriente.
“El objetivo central es reemplazar en el corto y mediano plazo los $1100 millones de dólares que se giran al exterior en compras de GNL y gas boliviano, con el desarrollo del enorme potencial del gas argentino, con Vaca Muerta a la cabeza, algo para lo que se necesitan garantías de transporte para ese fluido”, anticipó el funcionario.
Fuente: gaceta.es