Acabamos de tener noticia de una nueva muestra de lo miserables que son en la red social Facebook y sobre todo, de lo miserables que son los vendidos censores, llamados verificadores, que trabajan para ellos.
Una mujer llamada Desirée Penrod, de 25 años, había sido inoculada con la vacuna. Días más tarde empezó a sufrir los efectos secundarios de la misma y comenzó a contar a través de su cuenta de Facebook todo por lo que estaba pasando. Penrod, profesora de preescolar, publicaba el pasado 10 de marzo lo siguiente: “La vacuna me está matando. Me duele el brazo, más allá del cansancio, dolor de cabeza, calambres de estómago y dolores de oído. Varias personas me han dicho que hoy me veían pálida. Ayer estaba bien, pero hoy me está pasando factura ”.
Como observarán en la publicación, los verificadores, los Ana Pastor de Estados Unidos, colocaron un mensaje en la parte inferior de la publicación de Penrod en el que se puede leer: “Las vacunas Covid-19 pasan por muchas pruebas de seguridad y efectividad antes de ser aprobadas” y añaden, “obtenga más información en la OMS”.
Esto fue escrito un 10 de marzo, justo a la semana de hacerlo, el día 17 de marzo, Desirée Penrod fallecía como consecuencia de todo lo que estaba denunciando sufrir tras haberse vacunado. La gentuza de Facebook y sus verificadores estarán tan contentos de ser unos rastreros miserables como han demostrado ser, una vez más.
No hay mejor información que la que pueda proporcionar alguien que está sufriendo las consecuencias de este mejunje experimental que están intentando administrarnos. Esto se lo tenían que pasar a la gentuza de Newtrola y compañía en bucle hasta que les surgiera un mínimo de arrepentimiento y de vergüenza, aunque lo dudamos, ellos son más de dinerito fresco, todo lo demás les da igual.
Fuente: eldiestro.es
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