Por Oriana Rivas – panampost.com
Li Yuese pasó 10 meses detenido en una instalación dirigida por el Departamento de Trabajo del Frente Unido del Partido Comunista Chino (PCCh). No habían ventanas, ni ventilación y perdió la noción del tiempo al no poder ver luz natural.
El motivo: su fe cristiana. Cuenta que el régimen chino intercepta cristianos miembros de iglesias improvisadas en casas, para luego torturarlos física y mentalmente. El objetivo es que renuncien a su creencia. De hecho, hasta les preparan una declaración.
«Si te niegas, se verá que tienes una mala actitud y te mantendrán detenido y seguirán golpeándote», dijo Li Yuese a entrevista con Radio Free Asia (RFA). En su testimonio explica que el lugar donde estuvo preso era una especie de instalación móvil «que podría instalarse en algún sótano, en alguna parte».
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El sistema político de China no acepta las religiones a pesar que legalmente sí están permitidas, por eso los ciudadanos cristianos han optado por crear iglesias clandestinas. Mao Zedong intentó erradicar esa religión por los años 60 y 70, porque a su juicio eran símbolos de dominación extranjera. Sin embargo, no llegó a su objetivo.
En junio del año pasado se conoció que el Gobierno chino había eliminado más de 500 cruces de iglesias cristianas y lugares públicos en la provincia de Anhui. Otros lugares pasaron por lo mismo: Zhejiang, Henan, Hebei y Guizhou. “Después de que las cruces fueron derribadas en Zhejiang, el Partido Comunista Chino está extendiendo su juego a otras partes del país. Pueden hacer lo que quieren”, fueron las palabras de Liu Xiaoman, un cristiano del lugar.
Imposición de culto a Mao Zedong
El relato de Li Yuese continúa: la mayoría de sus compañeros de prisión también eran personas que habían sido liberadas bajo fianza durante la detención criminal por participar en actividades relacionadas con la Iglesia. La mayoría no había hecho nada que implicara un proceso penal, por lo que la policía los envió a las instalaciones de «transformación», dijo Li.
Los detalles del relato son difíciles de procesar. Cuatro o cinco personas lo agarraban y le inyectaban sustancias, posiblemente drogas. Esto llevó a Li a sufrir problemas de salud. Algunos de los detenidos han sido liberados y por eso las historias han trascendido, asegura la víctima.
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La arremetida del comunismo chino abarca muchos ángulos, incluyendo las imágenes religiosas que los cristianos tienen en sus casas. Por recibir ayudas sociales, son obligados a cambiarlas por fotos de Mao Zedong, según Bitter Winter en una revista sobre libertad de culto y derechos humanos en China.
«El Gobierno está tratando de eliminar nuestra creencia y quiere llegar a ser Dios, en lugar de Jesús», contó un predicador a ese medio, según la reseña de la Agencia Católica de Informaciones.
Se calcula hay alrededor de 72 millones de cristianos en China, es decir, un 5 % de la población. Aunque el régimen de Xi Jinping ha dicho que «protege la libertad de creencia religiosa de los ciudadanos», la realidad parece ser otra según los sobrevivientes.
Un expediente opresor
La persecución de cristianos en China no es un tema de especulaciones. Un informe de la organización Puertas Abiertas lo ubica en el puesto 17 entre los países donde los cristianos sufren mayores acosos por su fe en Jesús. El tipo de persecución es «la opresión comunista y post comunista». Por arriba tiene a países como Corea del Norte, Afganistán, Yemen, Irán e Irak.
El sistema comunista de China acumula historial con la opresión que practica hacia la minoría musulmana uigur. Hay muchos informes al respecto, e investigaciones que incluso han sobrevolado con drones los campos de tortura, confirmando los crímenes que comete allí el régimen.
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También ha tomado represalias contra marcas de ropa que se han negado a usar algodón proveniente de la región de Xinjiang. La materia prima supuestamente se obtiene a través del trabajo forzado de los uigures, violando sus derechos humanos.
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