Por Mamella Fiallo Flor – Panampost

Dentro del futurismo que ha provocado la situación actual que vive la humanidad, se suman los abortos por telemedicina.

La Administración Biden ha tomado una decisión paradójica. Aprovechó la misma cuarentena que ha paralizado al mundo entero, por el temor a perder la vida, para permitir abortos sin supervisión médica.

Según la nueva política temporal de la FDA (Administración de Alimentos y Medicamentos), a los pacientes se les podrá recetar mifepristona, una píldora abortiva, mediante una cita de telemedicina y luego recibir sus dosis por correo, con el fin de reducir el riesgo de infección por coronavirus.

Janet Woodcock, la comisionada interina de la Administración de Alimentos y Medicamentos, compartió los cambios el lunes en una carta al Colegio Estadounidense de Obstetras y Ginecólogos.

De acuerdo con Guttmacher Institute, el mayor instituto de investigación proaborto, se estimó que el 60 % de los pacientes elegibles optan por la píldora abortiva en lugar de otros métodos.

Biden revierte las políticas provida de Trump

La nueva política es una revocación de la medida del expresidente Donald Trump, quien exigía que las pacientes recojan sus píldoras abortivas en persona.

Biden también encaminó el uso de ciertos fondos federales para abortos, lo cual podría interpretarse como una atentado contra la libertad de conciencia y también religiosa. Pues usa parte de los impuestos de los ciudadanos para una práctica a la cual se oponen.

En lugar de resguardar la vida, frente a una situación que se presenta como urgente, como es la pandemia del coronavirus, donde cerca de tres millones de personas han perdido la vida a nivel internacional, el gobierno demócrata da vía libre a la práctica que más muertes ha causado en el mundo.

Solo en el 2020 se estima un total de 42,7 millones de muertos por aborto en el planeta.

En el caso de EE.UU., el último registro completo es del 2018. El CDC calcula que hubo 619.591 abortos en dicho año.

Considerando que el coronavirus se propagó mundialmente desde marzo del 2020, la cifra rige hace poco más de un año. En ese lapso más de 578.000 personas han perdido la vida por el virus, menos víctimas fatales que por causa del aborto en un año.

Activistas provida alertan el peligro para la madre y el aumento de muertes por aborto

Ahora habrá una «pérdida catastrófica de vidas por correo», según Students for Life, Estudiantes por la Vida. Advierten que el aborto por telemedicina conducirá a más abortos y que la falta de atención en persona será más peligrosa para las pacientes.

Incluso simpatizantes del Partido Demócrata han reclamado por esta medida:

La decisión de hoy de la Administración Biden de flexibilizar las regulaciones sobre las píldoras abortivas es peligrosa. Contribuye a la violencia doméstica y lastima a las mujeres. Con mifepristona ahora tan fácil de obtener como los artículos de Amazon, los hombres pueden obtener píldoras abortivas y obligar a sus parejas.

Las mujeres merecen una atención médica real y deben dar pleno consentimiento a sus decisiones.

Tener una visita en persona con un médico ayuda a garantizar que una mujer esté completamente informada sobre una decisión que cambia su vida.

Esta protección ya no se otorga.

Desde la legalización de dicha práctica en 1973, suman más de 50 millones de muertos, de los cuales la población negra ha sido la más afectada en proporción. Para el 2017 ya superó los 19 millones. Siendo los afroamericanos el 12 % de la población, es decir, el grupo más representativo en el total de abortos.

En un informe presentado para el Congreso de los EE. UU. sobre el impacto del aborto en la comunidad negra, demostraron cómo el mayor proveedor de abortos en el mundo, Planned Parenthood, apunta contra comunidades de minorías étnicas, en cuyos barrios están situadas el 79 % de las clínicas con instalaciones para abortos quirúrgicos.

Frente a la tensión racial que vive EE. UU., con Black Lives Matter a la cabecera, debería ser el foco de su activismo, pero sucede lo contrario. Ya que este movimiento fue fundado por transfeministas que señalan al aborto como un derecho, pese a que es la causa principal de muerte en la comunidad negra.

En la ciudad de Nueva York, por ejemplo, hubo más abortos que nacimientos en el 2012. Por ello las organizaciones que luchan contra esta práctica en la comunidad negra han empapelado las principales ciudades del país con carteles que dicen: «El lugar más peligroso para un negro en EE. UU. es el vientre».

Sin embargo, la reducción de esas muertes no es una prioridad para la gestión de Biden. Al contrario, lo está facilitando.

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