Por Oriana Rivas – Panampost
Las palabras que Joe Biden lanzó sobre Rusia a mediados de marzo se volvieron realidad. El mandatario había adelantado que el país iba a «pagar un precio» por supuestamente interferir en las pasadas elecciones presidenciales.
Ese precio se tradujo en nuevas sanciones a Rusia y la expulsión de 10 diplomáticos por supuesto ciberespionaje. Rusia respondió de inmediato al anuncio, aseguró que la decisión de EE. UU. es “un comportamiento agresivo» y que deberá “pagar por la degradación de las relaciones bilaterales”.
Biden tildó a Vladimir Putin de «asesino» cuando lanzó aquella advertencia. Con solo dos meses en el cargo ya había provocado las molestias del Kremlin que ahora destacó las contradicciones en el comportamiento del presidente estadounidense. Por un lado pide pide «avanzar hacia una relación más efectiva» y por el otro tensa las relaciones.
«Dicho rumbo no responde a los intereses de los pueblos de dos importantes potencias nucleares que tienen responsabilidad histórica por el destino del mundo», aseveró María Zajárova, portavoz del Ministerio de Exteriores ruso.
La ambigüedad de Biden
«Sincera y respetuosa», fueron los calificativos que usó Biden para definir la segunda llamada que tuvo con Putin en días recientes.
Inclusive propuso a su homólogo ruso hacer una reunión en un tercer país de Europa para establecer un «diálogo estratégico de estabilidad» que busque hacer frente a países como Irán y de Corea del Norte.
Pero irónicamente Biden impuso las sanciones y dejó «claro» a Putin que podría haber ido más lejos, pero que había optado por no hacerlo para actuar de manera proporcional, según la reseña de EFE.
«Estados Unidos no busca iniciar un ciclo de escalada y conflicto con Rusia. Queremos una relación estable y predecible», fue el mensaje de Biden, tan ambiguo como sus acciones según el Gobierno ruso.
El nuevo paquete de sanciones
Estados Unidos ya había anunciado sanciones hace un mes, por el uso de armas químicas contra los disidentes. Una de las medidas, fue el bloqueo de la exportación a Rusia de productos sensibles que puedan ser empleados para actividades de armas químicas.
Sin embargo, esta vez se trata de un gran paquete de nuevas sanciones a Rusia que no solo abarca la expulsión de 10 diplomáticos. También sanciona 32 personas y entidades, bloqueando todas las propiedades que pudiesen tener en EE. UU. Además, se prohíbe a los estadounidenses y a las personas que residan en este país, cualquier transacción con las personas y entidades designadas.
A la par, el Departamento del Tesoro de EE. UU. emitió una orden para prohibir a las instituciones financieras estadounidenses participar en el mercado principal de bonos emitidos a partir del próximo 14 de junio por el banco central ruso y otras instituciones del país.
«Este es el mercado principal que financia al Gobierno ruso», explicaron funcionarios del Gobierno de Biden. Ante la falta de inversores estadounidenses, la consecuencia podría ser «un efecto paralizador más amplio, que aumente los costos de endeudamiento de Rusia».
También fueron sancionadas seis empresas tecnológicas, por un ciberataque que salió a la luz diciembre de 2020 contra SolarWinds, un proveedor informático. EE. UU. asegura que hackers rusos utilizaron una software maligno, logrando acceder al menos a nueve agencias estadounidenses.
Las palabras de Putin
En el medio de estas noticias, la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) respaldó la decisión de Biden, algo que podría aumentar el grado de polarización de las últimas horas.
Putin ya había manifestado su opinión sobre Biden cuando este le llamó «asesino». «¿Qué le respondería? Yo le digo: ¡mantente sano! Le deseo buena salud», dijo el presidente ruso durante una reunión pública en Crimea.
Ahora con las nuevas sanciones a Rusia, la portavoz de ese país adelantó sobre las consecuencias. «La responsabilidad por lo ocurrido recae totalmente en EE. UU. Nosotros advertimos en más de una ocasión a EE. UU. de las consecuencias de sus pasos hostiles, que aumentan peligrosamente el nivel de confrontación entre nuestros países».