Traducido de Bitter Winter por TierraPura.org
Wang Jianmin es una médica jubilada, tranquila y de voz suave, de Laiyang, una ciudad de la provincia de Shandong, famosa en China por su producción de sabrosas peras. El 26 de marzo de 2021, el Tribunal Popular Intermedio de la ciudad de Yantai (Shandong) comunicó a Wang, de 65 años, que sus delitos eran tan graves que no podía esperar ninguna indulgencia de los jueces. Fue condenada a nueve años de cárcel y a una multa de 20.000 RMB.
¿Qué horribles crímenes cometió esta respetada mujer? El 4 de septiembre de 2020, fue sorprendida in fraganti por la policía mientras introducía un folleto de Falun Gong en el buzón de la empresa Laiyang Unicom en Laiyang. Tal vez el coche de la policía estaba estacionado en las cercanías para vigilar la empresa, pero también le dijeron que estaba bajo vigilancia desde 2016 como sospechosa de ser practicante de Falun Gong.
La policía se abalanzó sobre ella y le confiscó la mochila. Según la decisión judicial, encontraron allí 7 cartas de Falun Gong, 43 folletos, 9 libros y publicaciones periódicas, 47 amuletos y 24 “tarjetas de paz”. A continuación, registraron su casa y encontraron allí más material de Falun Gong.
Lea también: Los contratos de los jugadores de la NBA con China implican a empresas que utilizan mano de obra esclava
La investigación reveló que Wang era amiga de un tal Sr. Zhou, propietario de un supermercado en el pueblo de Nanzangtuan, en la ciudad de Bolinzhuang, en Laiyang. El supermercado fue allanado, y allí también se encontraron folletos de Falun Gong.
Wang fue condenada en virtud del artículo 300 del Código Penal chino, por “utilizar” un xie jiao, es decir, un grupo religioso prohibido. Cuando hablan con extranjeros, las autoridades chinas, incluidas las embajadas chinas en el extranjero, insisten en que el artículo 300 no castiga la mera creencia en las doctrinas de un xie jiao, sino sólo las “actividades delictivas” realizadas en nombre de estos grupos. La historia de Wang demuestra, una vez más, que por “actividades delictivas” el PCCh entiende cualquier forma de propaganda de un xie jiao, e incluso tener folletos o libros en casa.
Nueve años en una de las temidas cárceles chinas a las que se envía a los presos de conciencia es, sin duda, una sentencia severa. Las penas para los practicantes de Falun Gong están aumentando, ya que el PCCh está furioso por el éxito de la “Meditación de las Nueve Palabras Verdaderas” propuesta por el movimiento prohibido como una forma de reforzar el sistema inmunológico durante la pandemia de COVID-19.
Mientras tanto, los ataques contra Falun Gong se extienden también a Hong Kong. El 12 de abril, cuatro hombres enmascarados entraron en la imprenta del Epoch Times y destrozaron ordenadores y equipos con martillos, lo que hizo que el periódico interrumpiera temporalmente su impresión.