Fuente: La Gaceta de la Iberoesfera
La sede nacional de VOX ha amanecido este viernes llena de pintadas en el que es el enésimo ataque contra la formación. Con frases como “Ni guerra entre pueblos, ni paz entre clases”, con el símbolo de la hoz y el martillo y firmado por ‘Juventud Comunista’, el radicalismo de izquierda ha vuelto a demostrar esta madrugada la anormalidad democrática que se respira en Madrid en plena campaña electoral.
Además de las citadas pintadas en la fachada de la sede de la calle Bambú de Madrid, el cartel de campaña en el que aparecen la candidata a presidir la Comunidad, Rocío Monasterio, y el líder del partido, Santiago Abascal, ha aparecido manchado de un sospechoso color morado que tapa las caras de los líderes políticos.
El ataque a la sede de VOX de esta madrugada es el enésimo que recibe el partido que, en las últimas semanas, es el objetivo de grupos de izquierda radical que, alentados por Podemos y Pablo Iglesias y, ante la complacencia del ministro de Interior Fernando Grande-Marlaska, están intentando impedir la celebración de los actos de campaña con ataques a políticos y a simpatizantes -incluidos niños, como en Vallecas, donde un joven fue herido por una pedrada, o en Navalcarnero, donde una niña fue alcanzado por un huevo-.
La sede de VOX no ha sido la única víctima de la violencia izquierdista. En todo un atentado contra la libertad de expresión, los radicales también han destrozado el cartel de la estación de metro de Sol en el que el partido señala la cuantía de dinero al mes dedicada a una plaza de un mena y la correspondiente, y muy inferior, a la pensión que recibe una abuela.
La Justicia ha vuelto a dar la razón al partido de Abascal sobre el citado cartel de campaña. Pese a la insistencia de los partidos de izquierda, y la Fiscalía de Madrid, en señalarlo como un delito de odio, el Juzgado de Instrucción número 48 de Madrid ha denegado su retirada “al estimar que no se da ni peligro por la demora, ni apariencia de buen derecho”.
Envía tu comentario
Últimas
