Emmanuel Alejandro Rondon- El American

l pasado mes de enero, el tribunal de distrito de los Estados Unidos para el distrito de Dakota del Norte dejó sin efecto una medida de la administración Biden que obligaba a los médicos a que realicen operaciones de cambio de sexo, incluso si estos prodecimientos entraban en conflicto con la objeción de conciencia o con la religión de los mismos. El 20 de abril, el Gobierno apeló este fallo.

«#ÚltimaHora La Administración Biden acaba de presentar un recurso que pretende obligar a los médicos y hospitales religiosos a realizar procedimientos de transición de género potencialmente dañinos en contra de su conciencia y criterio médico profesional», denunció en Twitter Luke Goodrich, vicepresidente y senior counsel de BECKET Law. «Esto es malo para los pacientes, los médicos y la libertad religiosa».

«El Gobierno de Biden dice que puede castigar a los médicos y hospitales por “discriminación sexual” a menos que realicen los controvertidos procedimientos de transición de género. Un tribunal anuló este mandato transgénero en enero», añadió Goodrich en un hilo de Twitter.

El fallo que liberó a los médicos de realizar operaciones de cambio de sexo

El tribunal al que hace referencia Goodrich es el del distrito de Dakota del Norte, que trató los casos No. 3:16-cv-00386 entre Las Hermanas Religiosas de la Misericordia —demandantes— contra Alex M. Azar II, secretario del Departamento de Salud y Servicios Humanos de los Estados Unidos; y No. 3:16-ev-00432 entre la Asociación de Beneficios Católicos y el propio Alex M. Azar II.

En la conclusión del fallo se lee claramente el revés que tuvo la administración Biden en las cortes:

 «El Tribunal DECLARA que la interpretación del HHS de la Sección 1557, que requiere que los demandantes católicos realicen y proporcionen cobertura de seguro para los procedimientos de transición de género, viola sus creencias religiosas genuinas sin satisfacer el escrutinio estricto bajo la RFRA».

«En consecuencia, el Tribunal PROHIBE Y RESTRINGE PERMANENTEMENTE al SHS, al Secretario Azar, a sus divisiones, oficinas, agentes, funcionarios, comisionados, empleados, y a cualquier persona que actúe en concierto o participación con ellos, incluyendo a sus sucesores en el cargo, de interpretar o aplicar la Sección 1557 de la ACA (…) o cualquier normativa de aplicación de la misma contra los Demandantes Católicos de manera que les obligue a realizar o proporcionar cobertura de seguro para los procedimientos de transición de género, incluyendo la denegación de asistencia financiera federal debido a su incumplimiento de realizar o proporcionar cobertura de seguro para tales procedimientos o por perseguir, cobrar o evaluar cualquier sanción, multa, evaluación, investigación u otras acciones de aplicación».

El tribunal de Dakota del Norte anuló la medida del Gobierno de Joe Biden que obligaba a los médicos a llevar adelante operaciones de cambio de sexo.

Operaciones de cambio de sexo: más allá de la libertad religiosa

Si bien el caso—y la polémica en general— con las operaciones de cambio de sexo están ligadas a la libertad religiosa o, en su defecto, la «discriminación» de los médicos contra las personas trans, también entra en el debate el riesgo de estos procedimientos.

Luke Goodrich explicó en su hilo en Twitter que «El Mandato Transgénero» de la administración Biden «no solo amenaza a los médicos y hospitales religiosos. También amenaza a los pacientes, ya que existe una amplia evidencia de que ciertos procedimientos de transición de género pueden ser profundamente dañinos».

El abogado agregó en su hilo varias fuentes judiciales y científicas que sustentan su afirmación, como el caso Gibson contra Collier, 920 F.3d 212, 223 (5. ° Cir. 2019), tomado en un tribunal federal, que llegó a la conclusión de que «No existe un consenso médico de que la cirugía de reasignación de sexo sea un tratamiento necesario o incluso eficaz para la disforia de género».

Goodrich también puso en su hilo un artículo de la BBC que cita un estudio, de hace un par de semanas atrás, del Instituto Nacional de Excelencia Sanitaria y Asistencial (NICE) sobre la disforia de género y los bloqueadores de pubertad.

«Los bloqueadores de la pubertad, conocidos científicamente como análogos de la hormona liberadora de gonadotrofina (GnRH), se prescriben a algunos jóvenes con disforia de género, es decir, la angustia causada por la discrepancia entre la identidad de género de una persona (cómo se ve a sí misma con respecto a su género) y su sexo de nacimiento», reseña la BBC.

«La revisión de la evidencia del NICE analizó el impacto de los bloqueadores de la pubertad en la disforia de género, la salud mental —como la depresión, la ira y la ansiedad — y la calidad de vida (…) y dice que: “La calidad de las pruebas para estos resultados se evaluó como de muy baja certeza”». Es decir, no existe, al menos en la actualidad, una evidencia sólida que refute las preocupaciones de los médicos y expertos que señalan los riesgos de las operaciones de cambio de sexo. Además, tampoco hay certezas de los supuestos impactos positivos que estas tienen con los casos de disforia de género.

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