Fuente: mentealternativa.com
La Universidad Johns Hopkins publicó en octubre de 2018 como “Proyecto realizado” un informe titulado “Tecnologías para hacer frente a los riesgos biológicos catastróficos mundiales”[1], en el que menciona las vacunas transgénicas autoreplicables que “circularán entre la población como un virus patógeno para dar así ‘inmunidad’ rápida y generalizada a la población.”
“Vacunas autoreplicables [Self-Spreading Vaccines]: Las vacunas autoreplicables están diseñadas genéticamente para moverse por las poblaciones como las enfermedades transmisibles, pero en lugar de causar la enfermedad, confieren protección. La idea es que se pueda vacunar a un pequeño número de individuos de una población objetivo, y que la cepa de la vacuna circule entonces en la población de forma similar a un virus patógeno, dando lugar a una inmunidad rápida y generalizada.”
Considerando que el Covid-19 es un virus creado en laboratorio, como han advertido muchos científicos de élite que han sido censurados y hasta han perdido la vida de manera súbita, y tomando en cuenta que el Centro Johns Hopkins es uno de los centros de pensamiento occidentales que predijeron y hasta simularon la pandemia del Covid-19 solo unos meses antes de que ocurriera, tal vez valdría la pena tomar en cuenta la hipótesis que propone que este conjunto de operaciones de bandera falsa y experimentación genética que las élites están lanzando contra la humanidad para introducirla en el “Sexto paradigma tecnológico”, se trata, en efecto, de la Segunda Gran Intervención de la Raza Humana, como se plantea en este enlace.
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Las vacunas de ARNm son muy experimentales, es decir, aún no se conocen sus riesgos. Pero, sabemos que los vacunólogos han estado desarrollando plataformas de vacunas cuyo mecanismo de acción es, en realidad, transformar las células transfectadas en “plantas de fabricación de antígenos vacunales”. Teniendo en cuenta que las células del cuerpo producen micovesículas que pueden desprenderse y transmitir ácidos nucleicos a otras, nos encontramos frente al problema de que los vacunados pueden, en efecto, “infectar” a los no vacunados con componentes vacunales sintéticos y transgénicos? La propia compñía Moderna lleva años investigando vacunas de ARNm autoamplificadas. Los desarrolladores de estas vacunas saben que existe la posibilidad de dañar a los transeúntes, por lo que en el protocolo del estudio de Pfizer se refieren al riesgo de exposición “ambiental” u “ocupacional” simplemente como de “inhalación o cutáneo.”