Fuente: La Gaceta de la Iberoesfera

El ultraizquierdista Pedro Castillo sigue liderando las preferencias electorales (43%) a poco más de un mes de la segunda vuelta en el Perú, seguido de Keiko Fujimori que alcanza 34%, según una última encuesta de Ipsos para América Televisión.

La encuesta, difundida en el dominical Cuarto Poder, no incluye el impacto del debate improvisado por ambos candidatos en la ciudad de Chota -provincia de Cajamarca, en la sierra norte del Perú- el pasado sábado 1 de mayo, debido a que el trabajo de campo se efectuó el viernes 30 de abril.

De acuerdo con el estudio, Fujimori sube 3% respecto a la encuesta anterior de Ipsos. Castillo también incrementa 1%. La aceptación del líder sindical se concentra sobre todo en el sur del país, zona en donde recibe un respaldo del 64%. Fujimori logra el 51% en la capital peruana, donde se concentra el 29% de los electores.

Según Datum Internacional, Fujimori acorta la distancia con Pedro Castillo y se pone a 10 puntos del candidato de Perú Libre. En esta encuesta, la lideresa de Fuerza Popular subió ocho puntos respecto a la encuesta anterior, y tiene ahora un 34% de intención de voto frente al 44% de Castillo, quien también sube tres puntos.

Un 49% de los encuestados considera que, si Keiko Fujimori llega a la presidencia, tendría un gobierno autoritario -pesa el recuerdo colectivo del gobierno de su padre-, frente a un 39% que opina lo contrario. Un 42% cree que un gobierno de Castillo desembocaría en uno parecido al que rige en Venezuela, mientras un 48% señala lo contrario.

La candidata de derecha parece beneficiarse de la reducción de votos indecisos y de los que apostaban por el voto blanco y viciado, que pasó de sumar un 33% a reducirse a 22%. No solo lidera en los sectores socioeconómicos A/B, también en el C y D. También es percibida como la opción que mejor enfrentaría la pandemia del covid-19.

Para Ángel Delgado, exsecretario general de la Presidencia de Consejo de Ministros (PCM) e integrante de la Coordinadora Republicana, el temor a que el Perú cambie drásticamente en un eventual gobierno de Pedro Castillo, sumado al miedo que produce las simpatías de este candidato y sus allegados por regímenes autoritarios de izquierda como el del Movimiento al Socialismo (MAS) en Bolivia o la dictadura bolivariana de Maduro en Venezuela, convencerá a los electores a votar por Fujimori, aunque su posible victoria en las urnas sería muy apretada.

“Si las elecciones se hubieran producido, como sucede en otros países, en tres o cuatro semanas, el triunfo inobjetable habría sido del señor Pedro Castillo, pero como en nuestro país la segunda vuelta se lleva a cabo casi dos meses después, hay un tiempo más o menos dilatado para que la gente salga del shock de los resultados de la primera vuelta y reflexione con otros elementos de juicio para dar su voto en la segunda. Por esa razón, creo yo que en un país como el nuestro, en donde no hay una mayoría que esté a favor de un modelo como el de Chávez, Maduro y compañía, en la medida que pasa el tiempo, el importante contingente que no fue a votar en la primera vuelta, que votó blanco o viciado o por otras opciones, empezará a inclinar sus preferencias por una alternativa, que más allá de las características propias de la señora Fujimori, representa indudablemente una opción dentro del marco democrático y republicano. Hay un importante sector de peruanos que apuesta porque se mantengan las instituciones políticas vigentes. También es verdad que hay un contingente muy importante de peruanos que cree que su situación de sufrimiento, crisis y marginación se debe justamente a esas instituciones, y sociológicamente hablando, ese es el sector que, mayoritariamente, respalda a Castillo; y geográficamente se demuestra en una votación masiva en el interior del país, ahí donde la pobreza y el desamparo campea.

En la medida que el tiempo pasa, estos dos bolsones electorales se van a ir acercando. El miedo a que la situación del Perú cambie drásticamente en una solución al estilo venezolano, con todas las consecuencias que conlleva, va a hacer que el antivoto (el rechazo que pueda tener un importante sector de la población a la señora Fujimori) decline frente al ascenso de Castillo y la posibilidad de que termine gobernando. Podríamos llegar a la segunda vuelta con un resultado muy apretado, como una carrera de caballos en la que se gana por una cabeza o por nariz. Y esto refleja el nivel de polarización, el país partido en dos que ahora tenemos. Le depara un escenario de polarización política y enfrentamiento a quien gane la elección”, explica.

De acuerdo con Delgado, hay un “voto de vergüenza” por Keiko Fujimori, que no se revela ante las encuestas telefónicas y tampoco se comparte entre amigos o familiares -menos en redes sociales-, pero se trataría de un “voto en repliegue”, y conforme pasen los días y crezca la incertidumbre que genera la candidatura de Pedro Castillo –subida del dólar, por ejemplo-, la preferencia por la candidata de Fuerza Popular se haría evidente.

“Hay un ‘voto de vergüenza’ [por Fujimori], pero creo que es un voto que está en repliegue, porque conforme pasen los días y semanas, la sensación de incertidumbre que genera la candidatura de Castillo se hará presa del ánimo de los peruanos. Por más rechazo que puedan tener muchos ciudadanos por la señora Keiko Fujimori y su partido Fuerza Popular, la incertidumbre y el miedo hará que las vergüenzas y odios sean desplazados por el instinto de supervivencia”, advierte.

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