El periodista de Univisión Jorge Ramos, que acaba de publicar un libro acerca de su sonada entrevista truncada con Nicolás Maduro en 2019, afirma que ante las «dictaduras» un periodista no puede ni debe ser nunca «neutral» y lamenta que hayan pasado dos años y Venezuela siga viviendo en la «desesperanza».

«17 minutos: Entrevista con el dictador» (Vintage en Español) salió este martes a la venta en los Estados Unidos y los beneficios de Ramos van a ir a parar íntegramente al Alto Comisionado para los Refugiados de las Naciones Unidas (ACNUR) para que los destine a ayudar a los venezolanos huidos de su país y radicados en Colombia.

El libro es un relato del antes, durante y después del encuentro del 25 de febrero de 2019 entre Ramos y Maduro, quien a los 17 minutos se levantó de la silla y se marchó, después de que su entrevistador le mostrara un video con crudas imágenes de la realidad venezolana.

Historia de una entrevista sonada

Tras la interrupción de la entrevista, el conocido periodista mexicano y su equipo fueron retenidos en el Palacio de Miraflores, les confiscaron sus herramientas de trabajo, incluyendo la tarjeta donde se grabó la entrevista y sus celulares, y al día siguiente los deportaron a Estados Unidos.

Sin embargo, pocos meses después, Univisión consiguió una copia de la grabación que el Gobierno venezolano había hecho de la entrevista «censurada» y la dio a conocer al mundo.

Se pudo recuperar la entrevista gracias a una «traición» en el entorno de Maduro por parte de «un grupo de personas», responde Ramos en una entrevista con Efe cuando se le pregunta por el «cómo» y sin dar más detalles para protegerlos.

Sobre sus expectativas respecto a la entrevista señaló: «Yo pensaba que con qué cara iba a regresar a Univisión a hablar con los periodistas jóvenes si no le decía palabras duras, porque cuando uno tiene la posibilidad de confrontar al poder dictatorial, no puede desaprovechar la oportunidad».

Manual para cuestionar a los poderosos

El libro «17 minutos: Entrevista con el dictador» es también sin proponérselo un manual acerca de cómo preparar entrevistas con personajes polémicos y de cómo, cuándo y qué preguntarles, además de un recordatorio de que el periodismo es un contrapoder y debe confrontar a los poderosos.

«Hay veces en que hay que tomar partido y ese era uno de los casos», dice Ramos, que ha trabajado 35 de sus 63 años en Univisión.

Uno de los capítulos del libro es la transcripción íntegra de la entrevista que Ramos comenzó, después de estudiar mucho el asunto con el periodista colombiano Daniel Coronell, presidente de Univisión Noticias, con la pregunta a Maduro de si debía llamarle «presidente o dictador».

La tensión marcó la entrevista de principio a fin, pero Ramos recuerda dos momentos que «rompen» a Maduro: el primero cuando le preguntó si la revolución había fracasado y el definitivo cuando le mostró en su iPad el video de unos hombres buscando en un camión de la basura algo que llevarse a la boca.

Uno de ellos, Jorge, de 36 años, dijo a la cámara: «Somos de la calle, pero usted como presidente no sirve. Quiero que se vaya del país (…) Son 20 años que tenemos de pobreza».

Ramos da por sentado que esas imágenes se pueden ver cada día en muchos sitios del mundo, pero subraya que cuando «presumes» de que tu revolución cambió las cosas para el pueblo y eso pasa cerca del Palacio presidencial, «hay algo que está mal».

Un error estúpido

Uno de los recuerdos que tiene más vivos es lo que describe como un «error estúpido» de Maduro, que trató de tapar con una mano la pantalla del iPad para que no salieran en la entrevista las imágenes de Jorge y sus compañeros de fatiga.

«En la era digital cómo se puede tapar algo con un dedo», señala Ramos, quien también entrevistó a Hugo Chávez, el mentor de Maduro, y dice que, aunque «ambos acabaron como dictadores», el exmilitar era «carismático» y «por los menos» tenía «una visión de país».

A Maduro lo describe como alguien «malvado» que vive en «una burbuja», aislado de la realidad, y que «se cree sus propias mentiras».

Cuando al autor de «17 minutos: Entrevista con el dictador» y otros 14 libros se le pregunta por qué cree que, conociendo su historial de tropiezos con entrevistados, le dieron la entrevista con Maduro, responde que casi con seguridad fue por haber hecho enojar a Donald Trump cuando era presidente de EE. UU. en una rueda de prensa.

Trump y su política hacia Venezuela

Debieron pensar que si no era partidario de Trump, entonces tenía que ser amigo de la Venezuela bolivariana, señala.

Cuando Ramos viajó a Caracas a entrevistar a Maduro, el opositor Juan Guaidó acababa de proclamarse presidente interino del país como titular de la Asamblea Nacional, al no reconocer la legitimidad de las elecciones de 2018, y había logrado el respaldo de EE. UU. y una cincuentena de Gobiernos de otros países.

Maduro necesitaba enviarle un mensaje a Trump y al mundo, por eso concedió entrevistas por esos días a periodistas de varios países, dice el periodista, quien destaca que la situación en Venezuela está peor que entonces y él sigue creyendo que la salida del «laberinto» la deben encontrar los propios venezolanos.

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