Fuente: Minghui.org
Hace mucho, un hombre quería construir una casa y le pidió un consejo a un especialista en feng shui.
Mientras los dos se dirigían al terreno que el hombre había seleccionado, desde lejos vieron que los pájaros volaban en ese lugar como si los hubieran molestado.
“Creo que será mejor que lo revisemos otro día”, dijo el hombre: “hay un melocotonero y creo que algunos niños están subiendo a recoger melocotones. Si nos acercamos demasiado, podrían asustarse y caerse del árbol haciéndose daño”.
“En realidad, no hace falta que nos acerquemos”, respondió el especialista en feng shui con una sonrisa: “Su amabilidad es el mejor feng shui. No importa dónde construya su casa. Usted y su familia serán bendecidos de todos modos”.
Esta historia dice mucho. Muchas personas buscan la forma de conseguir la buena suerte o el feng shui. De hecho, el mayor factor de bendición puede residir en nosotros mismos: cuando hacemos siempre lo mejor para ser una buena persona, lo divino lo verá y hará el mejor arreglo para nosotros.
Regalar un terreno para la escuela
Fan Zhongyan, un político y erudito de la dinastía Song, dejó frases célebres en su escrito de La Torre de Yueyang como:
“No se complazca por la ganancia material, y no se entristezca por la pérdida personal”.
“Pensar siempre en los demás antes que en uno mismo, y no desistir de los esfuerzos hasta que los demás estén contentos con lo que tienen”.
Estos pensamientos provenían de su profunda creencia en el budismo. Como resultado, se convirtió en un honrado funcionario del gobierno que se preocupaba por la gente y prestaba atención a la educación.
En una ocasión, Fan compró una casa. Un especialista en feng shui la elogió, diciendo que las personas que residieran en la casa y su descendencia disfrutarían de riqueza y prosperidad.
Después de escuchar estas palabras, Fan donó la casa como escuela para que los niños de la zona pudieran estudiar. “¿No sería bueno que más personas pudieran disfrutar de la riqueza y la prosperidad además de mi familia?”, explicó.
Las buenas acciones de Fan también acarrearon bendiciones a su propia familia. Sus cuatro hijos tenían talento y se convirtieron en altos funcionarios. Se dice que su familia prosperó durante 800 años.
Devolución de objetos de valor y cambio de destino
Lo que hizo Fan no era inusual en aquella época. La gente de la antigüedad solía enfocarse en mejorar su carácter personal y actuar con nobleza. Trataban a los demás con amabilidad y ayudaban a los necesitados. Esto conducía a la acumulación de virtudes y a la eliminación de los malos augurios.
Taiping Guangji (Registros extensos de la era Taiping) documentó una historia de Pei Du, un alto funcionario de la dinastía Tang. Cuando Pei era joven, un adivino lo examinó y le dijo que moriría de hambre como mendigo.
Un día, al visitar un templo, Pei vio a una mujer que venía con una bolsa, oró un rato y se fue sin la bolsa. Sabiendo que la mujer había olvidado la bolsa, Pei esperó a que volviera. Ella no regresó, así que Pei volvió a su hotel. A la mañana siguiente, temprano, fue al templo y pronto vio llegar a la mujer. Parecía muy preocupada. Pei le preguntó qué había pasado. Le dijo que había perdido su bolso, que contenía dos cinturones, uno de ellos decorado con jade y que valía mucho dinero.
Después de confirmar el color y otras características de los cinturones, Pei devolvió el bolso a la mujer, quien le dio las gracias y le ofreció quedarse con uno de los cinturones. Pei dijo que no y se fue.
Cuando se reunió con el adivino más adelante, le dijo a Pei que su destino había cambiado por un futuro prometedor. Más tarde se convirtió en canciller y prestó sus servicios a cuatro emperadores.
El diluvio tiene ojos
En la China moderna, donde la moralidad ha decaído rápidamente, los practicantes de Falun Dafa han seguido la tradición de valorar la virtud y ser buenas personas. También conocido como Falun Gong, Falun Dafa es un sistema de ejercicios y meditación que se basa en los principios de Verdad, Benevolencia y Tolerancia. El partido comunista chino (PCCh) comenzó a reprimir Falun Dafa en 1999, pero los practicantes nunca han vacilado en su fe y en ser buenos. A cambio, han recibido bendiciones por su rectitud e integridad.
En agosto de 2020, una gran inundación azotó la provincia de Sichuan, obligando a muchas personas a evacuar. Los ríos Min, Dadu y Qingyi, tres ramas del río Yangtze, sufrieron un rápido aumento del nivel del agua. El Buda Gigante de Leshan, una estatua de 71 metros de altura, también sufrió el incremento del nivel del agua que le empapó los dedos de los pies, algo que casi nunca había ocurrido.
A las 5 de la mañana del 18 de agosto de 2020, le dijeron a los aldeanos que vivían junto al río Qingyi que evacuaran inmediatamente, porque el pico de la inundación llegaría a las 8 a. m. Mientras la mayoría de los residentes empezaron a irse, la familia de un practicante de Falun Dafa se quedó un rato ayudando a los demás. El nivel del agua siguió aumentando y a las 9 de la mañana ya había sumergido terrenos, los cimientos de algunas casas y estanques de peces. Cuando el agua se acercó a su casa, la familia del practicante también se había puesto a salvo.
Cuando el agua se retiró a las 4 de la tarde, todas las familias regresaron para evaluar los daños. Sorprendentemente, el agua no atravesó las presas que rodeaban las tierras del practicante, ni había agua en su casa. En cambio, algunos terrenos y casas de mayor altura se inundaron, y algunos muros también se arruinaron.
Aunque la inundación sumergió su fondo de peces, no se perdió ni un solo pez y todos seguían nadando allí como si no hubiera ocurrido nada. “¡Esto es un verdadero milagro!”, gritó emocionado el hermano del practicante.
Al igual que este ejemplo, hay muchas historias reportadas en Minghui sobre personas que recibieron bendiciones por apoyar a los practicantes de Falun Dafa. Teniendo en cuenta que “Falun Dafa es bueno” y que “Verdad, Benevolencia y Tolerancia es bueno”, muchas personas han visto cómo ha cambiado su destino.
Tal como dijo el especialista en feng shui al principio de este artículo, cuando apreciamos verdaderamente la virtud y vivimos según nuestra conciencia, seremos protegidos.