Por Sabrina Martín Rondón – El American

Ahora sí hay dudas sobre el origen del COVID-19. Durante más de un año grandes medios de comunicación y las Big Tech jugaron a favor de la censura y del régimen de China. Redes como Twitter o Facebook bloquearon a quienes hablaran sobre la posibilidad de que el virus haya surgido en un laboratorio chino. Ahora callados retroceden para dar paso a informes de inteligencia que podrían darle la razón a Donald Trump sobre lo que calificó como «virus chino».

Este miércoles 26 de mayo Facebook anunció que las publicaciones que impulsan la hipótesis de que COVID-19 es artificial ya no estarán prohibidas en la plataforma.

Ahora sí hay dudas sobre el origen del COVID-19

«A la luz de las investigaciones en curso sobre el origen del COVID-19 y en consulta con expertos en salud pública, ya no eliminaremos la afirmación de que el COVID-19 es creado por el hombre a partir de nuestras aplicaciones», dijo un portavoz de Facebook Politico.

«Seguimos trabajando con expertos en salud para mantenernos al día con la naturaleza cambiante de la pandemia y actualizar periódicamente nuestras políticas a medida que surgen nuevos hechos y tendencias», agregó el portavoz.

Facebook impidió que se opinara o informara sobre el origen del coronavirus, pero ahora que se hizo público que existen incoherencias y dudas sobre su origen, decide retractarse y abrir el espacio para quienes quizás siempre tuvieron la razón.

En febrero, la compañía de redes sociales anunció que eliminaría las publicaciones que contenían lo que llamó «información falsa sobre COVID-19» en las que se mencionaba la posibilidad de que la enfermedad fuera causada por el Partido Comunista de China (PCCh) o la hipótesis de que habría sido originado por humanos.

El reciente anuncio de Facebook que permitir las dudas sobre el origen del COVID-19, surge luego de que el reconocido Dr. Anthony Fauci admitiera que ahora «no está convencido» de que el virus se haya desarrollado de forma natural.

Informes de inteligencia ahora señalan que el virus pudo filtrarse de un laboratorio en el Instituto de Virología de Wuhan (WIV) de China.

Fue el The Wall Street Journal el que informó el 23 de mayo que tres investigadores del Instituto de Virología de Wuhan (WIV) fueron hospitalizados en noviembre de 2019 con síntomas consistentes con la gripe estacional y COVID-19.

Fue en febrero cuando la Organización Mundial de la Salud dijo que el coronavirus tiene origen animal y no circulaba en Wuhan antes de diciembre de 2019. Sin embargo, tres meses después informes de inteligencia lo desmienten al punto en que las redes sociales deciden ahora retractarse y dar el «beneficio de la duda».

En mayo de 2020 Twitter también empezó a bloquear todo «contenido engañoso» sobre el COVID-19, censurando a todo aquél que dudara sobre el origen de la pandemia.

Asimismo, los grandes medios de comunicación jugaron a favor de la censura. Medios como The New York TimesABC, VoxUSA Today o The Guardian rechazaron apresuradamente señalamientos hacia el WIV como posible foco de origen del coronavirus.

Aunque al momento se desconoce el origen real del COVID-19, sobre todo por la falta de transparencia por parte del régimen chino, lo cierto es que hoy hay mayor evidencia de que las Big Tech y los grandes medios de comunicación han jugado a favor de la censura y evitado a toda costa que todas las hipótesis de la pandemia se mantengan sobre la mesa. Hoy, un año después, se retractan para dar el beneficio de la duda mientras que pocos los condena por violar a discreción la Primera Enmienda.

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