Traducido de DailyWire.com por Tierrapura.org

El primer estudio ecológico sobre los mandatos estatales de uso de mascarillas que incluye datos del pico de casos en invierno ha descubierto que el uso generalizado de mascarillas probablemente no frenó la propagación del COVID-19..

El estudio, realizado por la Universidad de Louisville utilizando datos de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, descubrió que “el 80% de los estados de EE.UU. obligaron a utilizar mascarillas durante la pandemia de COVID-19”, pero aunque “los mandatos provocaron un mayor cumplimiento de las mascarillas, [no] lograron menores tasas de crecimiento cuando la propagación en la comunidad era baja (mínima) o alta (máxima)”. El estudio también descubrió que “los mandatos y el uso de mascarillas no están asociados a una menor propagación del SARS-CoV-2 entre los estados de EE.UU.”.

“Nuestros hallazgos no apoyan la hipótesis de que las tasas de transmisión del SARS-CoV-2 disminuyan con un mayor uso público de las mascarillas”, dijo el estudio, según informó Spencer Brown de Townhall.

El estudio señaló que “las máscaras pueden promover la comunión social como símbolos de unión durante una pandemia, pero también puede producirse una discriminación por riesgo”. Los investigadores describieron múltiples desventajas de llevar una máscara, entre ellas

El uso prolongado de mascarillas (>4 horas al día) favorece la alcalinización facial y fomenta inadvertidamente la deshidratación, lo que a su vez puede aumentar la ruptura de la barrera y el riesgo de infección bacteriana. Los clínicos británicos han informado de que las mascarillas aumentan los dolores de cabeza y la sudoración y disminuyen la precisión cognitiva. A pesar del sesgo de las encuestas, estas secuelas están asociadas a los errores médicos. Al oscurecer la comunicación no verbal, las máscaras interfieren en el aprendizaje social de los niños. Asimismo, las máscaras pueden distorsionar el discurso verbal y eliminar las señales visuales en detrimento de las personas con pérdida de audición; los protectores faciales transparentes mejoran la integración visual, pero hay una pérdida correspondiente de la calidad del sonido.

La investigación también descubrió que los mandatos de mascarilla eran “malos indicadores de la propagación del COVID-19”:

En resumen, los mandatos y el uso de la máscara fueron malos indicadores de la propagación del COVID-19 en los Estados Unidos. El crecimiento de casos fue independiente de los mandatos en las tasas bajas y altas de propagación en la comunidad, y el uso de la máscara no predijo el crecimiento de casos durante las olas de verano u otoño-invierno. Los puntos fuertes de nuestro estudio incluyen el uso de dos métricas de máscara para evaluar la asociación con las tasas de crecimiento de COVID-19; la medición del crecimiento normalizado de casos en estados con y sin mandato en momentos comparables para cuantificar el efecto probable de los mandatos; y la disolución del efecto del uso de la máscara mediante el examen del crecimiento de casos en estados con uso variable de la máscara.

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