Fuente: Minghui.org
“Ser o no ser, esa es la cuestión”. Esta frase de Shakespeare es bien conocida por muchas personas. En cierto grado, también describe un dilema que enfrentan las personas que viven dentro de los regímenes comunistas: ser un perro de ataque para el partido comunista, o no serlo.
Algunos ciudadanos de regímenes comunistas pueden pensar que es más fácil para ellos sobrevivir simplemente siguiendo la dirección del partido comunista: si el partido les dice que arresten a alguien, lo harán; si el partido les dice que torturen a alguien, lo harán; y si el partido les dice que maten a alguien, también lo harán.
Sin embargo, la naturaleza antidivina y antihumana del partido comunista significa que a menudo ordena a las personas que hagan actos malvados, como cometer crímenes contra lo divino o contra la humanidad, y luego los abandona y los utiliza como chivos expiatorios.
La ex Unión Soviética convirtió a los perros de ataque en chivos expiatorios
Nikolay Yezhov se desempeñó como jefe de la NKVD (el sistema de seguridad estatal de la antigua Unión Soviética, precursor de la KGB) entre 1936 y 1938. Comenzó una purga interna dentro de la agencia cuando asumió el cargo y luego expandió la purga a nivel nacional.
De 1934 a 1940, alrededor de 19 millones de personas en la Unión Soviética fueron arrestadas durante la Gran Purga y muchas murieron en campos de trabajos forzados.
El régimen soviético elogió a Yezhov como el “luchador comunista” más leal a Stalin y le otorgó muchos honores y medallas. Su imagen estaba en el periódico, sus historias estaban en pinturas, esculturas, novelas y poemas, y su nombre se usaba para nombrar calles y arenas.
Sin embargo, cuando el mal va demasiado lejos, el régimen comunista necesita reparar sus propios crímenes para mantenerse en el poder. Cada vez, el partido necesita encontrar chivos expiatorios para poder ser siempre el correcto y culpar a algunos “malos” de los crímenes.
Así fue como Yezhov se convirtió en un chivo expiatorio cuando la Unión Soviética se vio en la necesidad de reconocer su criminal Gran Purga. Fue arrestado el 10 de abril de 1939. El gobierno lo acusó de lo mismo que solía acusar a otras personas inocentes: “tener relaciones de espionaje con agencias de inteligencia extranjeras y con países hostiles a la Unión Soviética, y liderar acciones de conspiración dentro del Comisariado del Pueblo de Asuntos Internos”. Fue juzgado y luego ejecutado.
Incluido Yezhov, cinco jefes de la NKVD y la KGB fueron ejecutados. Todos pensaron que habían sido elegidos por el partido comunista para acabar con su antecesor que era desleal al partido. Pero terminaron siendo abandonados más tarde por el partido.
Lecciones en China
La misma cosa sucedió en la China comunista.
El partido comunista chino (PCCh) practicó las “comunas comunistas” y causó la Gran Hambruna de 1959 a 1961. Esta hambruna provocada por el hombre estaba en todas partes de China. Los campesinos no tenían suficiente comida para ellos. Incluso pelearon para alimentarse o conservar semillas para las cosechas del próximo año.
Aun así, el PCCh impuso a los campesinos, altas cuotas de recolección de alimentos, para que pudieran distribuir suficiente comida a los residentes de ciudades, soldados y funcionarios comunistas, por quienes el partido comunista estaba más preocupado.
Simplemente no había suficiente para que los campesinos enviaran al gobierno. Entonces, el PCCh inició una campaña para recolectar alimentos.
La región de Xinyang en la provincia de Henan tuvo un desempeño ejemplar en la ejecución de la campaña. Movilizó a todos los cuadros del PCCh, del distrito al condado, de la ciudad a la aldea, para aplicar presión política, tortura mental y violencia brutal a los agricultores.
Por ejemplo, el campesino Zhang Zhirong fue golpeado hasta la muerte por no entregar suficiente grano. Después de eso, los funcionarios de la aldea usaron alicates para fuego para meter granos y frijol de soya en su ano, mientras gritaban: “¡Necesitamos granos para que crezcan dentro de ti después de que mueras!”. Posteriormente sus dos hijos, de ocho y diez años, murieron de hambre.
Otro campesino, Feng Shouxiang, no ofreció comida al funcionario de la aldea. Luego, el funcionario lo colgó y lo golpeó, incluso le arrancó la oreja. Ese campesino murió seis días después.
Los funcionarios locales adoptaron muchos métodos de tortura, como golpear, patear, enfriarlos hasta congelarlos, privarlos de comida, cortar las palmas de las manos con palos de bambú, poner carbones en la boca, quemar pezones, meter objetos en la vagina y enterrarlos vivos. Al final, el gobierno no recolectó suficientes alimentos, ya que los campesinos simplemente no tenían suficiente.
Además esta práctica tuvo un costo devastador para los campesinos, ya que el gobierno les quitó su última comida. Más de un millón de personas murieron de hambre en Xinyang
Para apaciguar la protesta pública, el PCCh se volvió contra los funcionarios de Xinyang. Mao Zedong, entonces jefe del PCCh, afirmó que la tragedia de Xinyang se debió a “los hombres malos en el poder, que asesinaron a personas y provocaron otras muertes”.
Inesperadamente, los que alguna vez fueron leales al PCCh y que trabajaron duro para llevar a cabo la política del PCCh, se convirtieron en los organizadores y asesinos contra la gente. El PCCh envió agentes de seguridad pública a Xinyang y arrestó a los funcionarios locales, llevándolos a las aldeas para denunciarlos públicamente. Se les aplicaron todos los métodos de tortura que estos funcionarios locales utilizaron contra los campesinos.
Cerca de 200.000 dirigentes del partido en Xinyang, incluidos administradores de cafeterías y contables, fueron puestos bajo “investigación”.
El PCCh se mantuvo “justo” como siempre. Se pintó a sí mismo como el “salvador” que corrigió los crímenes que él mismo creó desde el principio.
La retribución llega tarde o temprano
Xinyang no fue la única región con muchísimas muertes. Durante el período de la Gran Hambruna, decenas de millones de chinos murieron de hambre. Solo en la provincia de Sichuan murieron más de diez millones de personas.
De alguna manera, el PCCh protegió a sus altos funcionarios, de ser responsabilizados por tal tragedia humana, incluidos los jefes provinciales del partido.
Sin embargo, nadie puede escapar de la ley de retribución del cielo: unos años después, durante la gran revolución cultural (1966-1976), estos jefes del partido provinciales y funcionarios de nivel inferior enfrentaron una tortura brutal.
El secretario del partido provincial de Sichuan, Li Jingquan, fue destituido y acusado. Su hijo mayor fue arrestado. Su segundo hijo, después de haber sido golpeado hasta casi morir, fue llevado a un crematorio y puesto vivo en el incinerador. La gente le arrancó todo el cabello a su esposa para humillarla públicamente y ella murió en la cárcel. Sus otros hijos tuvieron que buscar comida en los botes de basura para alimentarse.
Los jefes del partido de las provincias de Henan y Gansu también fueron retirados o asesinados durante la revolución cultural. Ellos fueron los ejecutores activos en la recolección obligatoria de alimentos durante el período de la Gran Hambruna.
Tragedias de tiempos actuales
En lo que respecta al tiempo actual, la misma historia se repite todavía en la China moderna: el PCCh está estableciendo a sus leales como los represores de la persecución a una práctica espiritual mente-cuerpo budista: Falun Gong.
El exdirector del PCCh, Jiang Zemin, lanzó la persecución a Falun Gong en julio de 1999. Incluso dio una orden: “Está bien golpear a los practicantes de Falun Gong hasta matarlos; golpearlos hasta la muerte se tomará como suicidio”.
Esto llevó a que la policía y el sistema judicial abusaran de los practicantes de Falun Gong de forma ilegal. Una declaración común que dicen los jueces y otros profesionales jurídicos es: “No necesitamos seguir los procedimientos legales cuando se trata de casos de Falun Gong”.
Según las estadísticas compiladas por Minghui.org, en los veinte años entre julio de 1999 y julio de 2019, hubo 86.050 arrestos de practicantes de Falun Gong, 18.796 sentencias de prisión y 19.566 casos para poner a practicantes en centros de lavado de cerebro. Además, hubo 28.430 casos de practicantes de Falun Gong enviados a campos de trabajos forzados entre 1999 y 2013, cuando China suspendió el sistema de campos de trabajos forzados.
Se confirma que al menos 4.334 practicantes han sido torturados hasta la muerte. Esta es solo la información que Minghui.org ha recopilado. Debido al estricto control y bloqueo de la información en China, se desconoce el número real de muertos, pero podría ser mucho mayor.
Y el PCCh recompensó con dinero y promociones a los represores. Esas recompensas se entregaron a gran escala.
El secretario provincial de Sichuan, Zhou Yongkang, fue responsable del asesinato de 43 practicantes de Falun Gong en su provincia. Jiang lo elogió y lo ascendió a jefe del comité de asuntos políticos y jurídicos del PCCh, el órgano extrajudicial más alto del PCCh, al que se le otorgó el poder de invalidar el sistema judicial. Por tanto, Zhou les dijo a sus seguidores: “pueden dejar en paz a los asesinos o incendiarios, pero deben perseguir a los practicantes de Falun Gong”.
Jiang le dijo a Bo Xilai, otro funcionario de alto rango del PCCh, que él tenía que mostrar una postura dura contra Falun Gong para obtener un ascenso. Por lo tanto, Bo ordenó a sus oficiales de policía que dieran un trato mortal a los practicantes de Falun Gong.
Pero estos mejores perros de ataque del PCCh no tuvieron un buen final. Zhou fue detenido por cargos de corrupción y Bo fue encarcelado por un fallido golpe político.
En los últimos ocho años, 164 funcionarios de alto rango del PCCh, a nivel provincial, ministerial o superior, fueron destituidos por cargos de corrupción. Todos ellos habían cometido crímenes contra practicantes de Falun Gong en el pasado. Entre ellos, 47 eran del sistema judicial.
Recientemente, el PCCh llevó a cabo una campaña política en el sistema judicial, de “veinte años atrás”, dirigida a personas que trabajan en la corte, procuraduría, seguridad pública, oficina judicial, seguridad del estado y los sistemas penitenciarios.
En el periodo piloto de la campaña, se investigó a 16.000 policías. Entre ellos, 2.247 recibieron acciones disciplinarias, 448 fueron sometidos a más investigación y 39 enfrentaron cargos penales.
Desde que el PCCh inició una campaña anticorrupción hace ocho años, muchos de los ejecutantes leales del PCCh en el sistema judicial estaban asustados, ya que sabían que la persecución a Falun Gong era ilegal y el PCCh podía lanzarlos como chivos expiatorios en cualquier momento. Al menos 81 funcionarios se suicidaron entre enero de 2013 y septiembre de 2017.
Hay un dicho que dice que cosechas lo que siembras. El personal judicial que sigue la dirección del PCCh de perseguir a Falun Gong, ha ayudado al PCCh a cometer crímenes contra la humanidad. Su tiempo de retribución llegará a menos que detengan el crimen y compensen sus fechorías rápidamente. Y que no esperen que el PCCh los protegerá. El partido comunista tiene un historial de convertir a sus mejores perros de ataque en los mejores chivos expiatorios.
Esperamos sinceramente que más personas puedan aprender de la historia, seguir su conciencia y dejar de hundirse con el régimen comunista totalitario.