Fuente: Actuall.com
El pasado jueves el pleno de la Conferencia Episcopal de EEUU acordó que la comisión de Doctrina elabore un documento doctrinal y pastoral sobre la comunión de los políticos abortistas que será debatido el próximo mes de noviembre.
La decisión se acordó por una amplia mayoría del episcopado estadounidense: 168 a favor, 55 en contra y 6 abstenciones.
Aunque obviamente no hablan específicamente del presidente Joe Biden, es evidente que sobrevuela la polémica por tratarse de un presidente católico de misa dominical y sin embargo, ser un presidente abiertamente promotor de la agenda abortista.
De hecho una de las primeras decisiones de la presidencia Biden fue levantar la llamada política de Ciudad de México que impedía a la administración americana financiar a las ONGs que promueven el aborto en el exterior.
No sólo promueve el aborto sino también la agenda LGTB.
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San Pablo previene de comulgar en situación de pecado mortal en 1 Cor 11:29:
“El que recibe indignamente el Cuerpo de Cristo, está recibiendo su propia condenación”
¿Es pecado mortal promover el aborto?
Según el que fuera portavoz de la Conferencia Episcopal española, Mons. Martínez Camino, promover el aborto es “situación objetiva de pecado”. Así lo señaló cuando se aprobó en España la Ley Aído que permitía el aborto sin causa hasta la semana 14.
En 2019 el obispo de Springfield (illinois), Mons. Thomas Paprocki, señaló algo similar tras aprobarse el aborto como un “derecho fundamental de las mujeres” en el estado de Illinois:
“Los que aprobaron esta ley persisten en un pecado grave manifiesto”
Ese mismo 2019 siendo Biden candidato a la presidencia de EEUU recibió el rechazo de la comunión en una iglesia de Carolina del Sur. El P. Rober Murray, lo explicó así:
“Es mi responsabilidad servir a las almas que tengo encomendadas a mi cuidado y debo hacerlo incluso en situaciones difíciles (…) Mantendré al Sr. Biden en mis oraciones”
La eucaristía como arma
Sin embargo, algunos obispos como Mons. Robert McElroy, obispo de California, considera que el catolicismo padecerá “consecuencias destructivas” en caso de aprobarse el documento y previene de usar la eucaristía como “arma”.
Desde el Vaticano, el mismo Card. Luis Ladara, prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, advirtió que de aprobarse el documento “podría convertirse en fuente de discordia más que unir al episcopado”.
No obstante, la inmensa mayoría de los obispos estadounidenses consideran que debe de primar la reafirmación de la doctrina sobre los riesgos -que existen- del uso partidista de la fe. Así lo expresa el obispo de Madison, Mons. Donald Hying:
“Muchos católicos están confundidos por el hecho de un presidente católico que promueve la agenda pro-aborto y necesitan que les guíemos”.
La controversia está servida entre la doctrina, lo pastoral y lo político. El afectado, Joe Biden, ha declinado manifestarse por tratarse, dice, “de un asunto personal”.