Fuente: La Gaceta de la Iberoesfera

Por su interés informativo, reproducimos a continuación la columna publicada por Santiago Abascal sobre la Ley Trans en el diario El Mundo.

En el siglo XV, en la Constantinopla asediada por los otomanos, sus gobernantes descuidaban la defensa de la ciudad para entablar acaloradas discusiones sobre el sexo de los ángeles.

Próximamente, en una España inmersa en una terrible crisis económica y sanitaria, con su unidad y su Constitución amenazadas, los diputados participaremos en un debate sobre un proyecto de ley Trans, promovida por el Gobierno, que pretende instaurar eso que se ha denominado «libre autodeterminación de género».

Si este desgraciado proyecto sale adelante, cualquier ciudadano (también cualquier violador, o cualquier maltratador) podrá elegir su sexo legal, sin que tenga que existir ninguna relación con su sexo biológico. No será necesario ningún tipo de tratamiento, ni siquiera un informe médico o psicológico que acredite que la persona se siente de un sexo diferente al biológico.

Por una mera declaración de voluntad, un hombre pasará a ser una mujer a todos los efectos legales. Manteniendo intactos sus órganos sexuales e incluso su aspecto externo, podrá entrar en vestuarios femeninos, competir en categorías deportivas femeninas o incluso ser recluido en un centro penitenciario de mujeres, algo que ya ha pasado en algunos países, donde violadores que «se sentían mujeres» fueron a cárceles femeninas donde volvieron a violar.

No es de extrañar que la mayoría de las líderes feministas, entre ellas muchas socialistas, se haya manifestado en contra de este atropello. Va a ser la ley de un Gobierno de izquierdas la que más rechazo va a generar entre las representantes históricas del movimiento feminista. No es extraño, esta ley es el ataque más grave que han recibido las mujeres, porque supone que la propia condición de mujer es, simplemente, una cuestión de voluntad o capricho.

Pero no solo las mujeres están en peligro. Si el Gobierno saca adelante su nefasto proyecto, nuestros niños y nuestras niñas se verán amenazados. Desde antes de la adolescencia podrán ser mutilados de forma irreversible por medio de una cirugía de reasignación de sexo. Podrán también ser sometidos a un tratamiento hormonal que les generará dependencia de por vida, que limitará su crecimiento y tendrá devastadores efectos secundarios. Y este proceso se podrá llevar a cabo incluso sin consentimiento de sus padres, que no podrán entorpecer el proceso de autodeterminación de género del menor so pena de que su hijo sea declarado en situación de riesgo, extremo que puede acarrear incluso la separación del menor de su familia.

Ningún niño está libre de los peligros que describo. De acuerdo con las leyes Trans ya vigentes en muchas comunidades autónomas, todos los colegios, tanto públicos como privados, tendrán que aceptar que activistas impartan a los alumnos charlas de educación afectivo-sexual. Charlas en las que nuestros niños escuchan, desde edades muy tempranas, que su sexo no tiene porque ser el «sexo que le asignaron al nacer»(sic) y que pueden elegir libremente ser niños, niñas o niñes.

Desde VOX llevamos años oponiéndonos a estas leyes totalitarias y anticientíficas. Leyes devastadoras que pisotean derechos fundamentales. En muchos casos estas leyes fueron promovidas por el PSOE, Ciudadanos y Podemos con la triste connivencia del Partido Popular. En otros, como es el caso de Galicia, fueron respaldadas por una mayoría absoluta del PP.

En el año 2016, advertí en un artículo de prensa sobre el ataque contra las libertades de todos los madrileños que suponía la Ley de Identidad y Expresión de Género e Igualdad Social y No Discriminación aprobada en la Comunidad de Madrid. Una ley que hoy permanece vigente.

VOX luchará con todas sus fuerzas para que se deroguen esas leyes autonómicas y para derrotar este nuevo proyecto de ley nacional. Puede que seamos la única voz que defienda a las mujeres. Los demás partidos tienen ahora la oportunidad de volver a elegir: o se está con la libertad, o se está con los lobbys totalitarios. Y si no lo hacen, si se vuelven a plegar a los intereses de unos pocos, tendrán que explicar a sus votantes los motivos que les llevan a compartir los dogmas ideológicos de una teoría que atenta contra la mujer, contra los niños contra la biología y contra el sentido común.

(*) Santiago Abascal es presidente de VOX.

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