Fuente: Primer Informe
Chavistas estadounidenses, integrantes de los Socialistas Democráticos de América (DSA), se reunieron en Caracas con Nicolás Maduro. Esa organización es el partido político socialista más grande de EEUU.
La reunión se efectuó en el palacio de Miraflores y por parte de los norteamericanos estuvieron el presidente del Comité Político Nacional de los DSA.
Esa organización política se declaró aliada de Maduro desde hace muchos años. Ya en 2016 le exigía a Barack Obama que derogara la orden ejecutiva en contra del régimen chavista.
“Hacemos un llamado al presidente y al Congreso para revertir estas acciones» decían los chavistas estadunidenses. Consideran que las sanciones buscan «socavar al pueblo venezolano y su gobierno legítimo y democráticamente elegido”.
Aliados en Norteamérica
Varios socialistas demócratas autoproclamados se encuentran actualmente en el Congreso estadounidense. Entre ellos, las progresistas radicales Rashida Tlaib, Alexandria Ocasio-Cortez, Cori Bush y Jamaal Bowman.
Tlaib y Ocasio-Cortez son miembros del “escuadrón” ultraizquierdista en la Cámara de Representantes. Entre las cosas que piden están el Green New Deal y quitar el financiamiento a la policía.
Maduro además, tiene vínculos directos con otras organizaciones de la extrema izquierda estadounidenses como Code Pink y Black Lives Matter. Ambos grupos hacen campaña continua a favor de Maduro en EEUU. Code Pink fue una de las que lideró la toma en la Embajada de Venezuela en la capital estadounidense.
Maduro es reconocido como un dictador por Washington. Se le atribuye dirigir un régimen plagado de corrupción y perpetrar crímenes de lesa humanidad.
Estados Unidos rechazó recientemente la petición de Maduro de alivio de las sanciones y normalización de las relaciones diplomáticas. La administración Biden alega que el régimen debe realizar esfuerzos constructivos para restaurar la democracia antes de que se puedan levantar las sanciones.
Los legisladores socialistas democráticos no se atreven a condenar al dictador chavista. En 2019, Ocasio-Cortez calificó la crisis del país suramericano como algo complejo que había que abordar con cuidado.