Por Oriana Rivas – panampost.com

Un reciente anunció de la Administración Biden pasa por alto el libre albedrío o derecho individual a elegir. Funcionarios del gobierno demócrata irán puerta a puerta para presionar a quienes por diversas razones aún no se han vacunado, muchos de los cuales simplemente no quieren recibir las dosis.

La secretaria de prensa de la Casa Blanca, Jen Psaki, dijo que las medidas contra el COVID-19 incluirán ir «comunidad por comunidad, alcance puerta a puerta para vacunar a los estadounidenses restantes». Para el presidente Joe Biden se trata de «ayudar» a los ciudadanos.

Pero está en juego la libertad de elección. La Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre establece en su artículo 1 que «todo ser humano tiene derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad de su persona».

La medida del Gobierno federal contrasta con la adoptada en algunos estados. Por ejemplo, en Florida los legisladores abogaron por la posibilidad de invalidar órdenes de emergencia que «restringen innecesariamente» estos derechos. Con la nueva ley, firmada por el gobernador Ron DeSantis y vigente desde el 1 de julio, tampoco es obligatorio el certificado de vacunación.

Una encuesta elaborada por Trafalgar Group —y publicada en junio pasado— reveló que 57 % de los estadounidenses cree que su libertad personal se ha visto coartada por la pandemia.

«Dos tipos de Estados Unidos»

Por otro lado, están las atribuciones que podría tomarse el Gobierno de EE. UU. dada la aparición de la variante Delta, más infecciosa que sus antecesoras. La cepa representó 26,1% de los contagios en el país durante el periodo de análisis (dos semanas) finalizado el pasado 19 de junio, indicaron los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC, en inglés).

Un periodista consultó a Psaki si impondrán restricciones o depende de cada gobernador, a lo que la secretaria de prensa de la Casa Blanca respondió: “Los estados y las comunidades locales tendrán que hacer evaluaciones sobre lo que les conviene”, según una nota de Breibart. Sin embargo, objetó que existan tasas de vacunación «mucho más altas en algunas partes del país».

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Por los momentos parece no haber intenciones públicas de ordenar medidas restrictivas, aunque queda claro que el Gobierno federal irá «puerta a puerta».

Anthony Fauci adelantó lo que podría pasar: «Existirán dos tipos de Estados Unidos» entre los vacunados y los no vacunados a medida que avance la nueva variante. No obstante, reconoció lo siguiente: «Como hemos dicho tan a menudo, las vacunas, incluso tan buenas como son y son altamente efectivas, nada es 100 %».

Cada persona puede tomar sus decisiones

«Las personas pueden tomar decisiones por sí mismas», había declarado DeSantis sobre el hecho de que otros estados exijan el pasaporte de vacunas para asistir a eventos deportivos u otras actividades. Otra medida impositiva hacia los ciudadanos.

Sobre este requisito, la Casa Blanca ha optado por no intervenir. «Nuestro interés es muy simple desde el Gobierno federal, que es que la privacidad y los derechos de los estadounidenses deben protegerse y, por lo tanto, que estos sistemas no se utilicen injustamente contra la gente», dijo Psaki.

Los estadounidenses están conscientes de sus derechos. La misma encuesta de Trafalgar Group refleja que el 63 % de los encuestados opina que ante la extensión de la variante Delta, el Gobierno estadounidense no debería tomar medidas dado las opciones ya disponibles a elección de cada ciudadano. «Con una amplia disponibilidad de las vacunas y los tratamientos, las personas pueden tomar decisiones personales sobre cómo responder».

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