Por Agustina Sucri – La Prensa

El doctor Martin Kulldorff es profesor de Medicina en Harvard y bioestadístico y epidemiólogo de la División de Farmacoepidemiología y Farmacoeconomía del Hospital Brigham and Women’s, en Estados Unidos. Al experto de origen sueco, especializado en áreas como la detección de brotes de enfermedades infecciosas, la evaluación de vacunas, el desarrollo de modelos matemáticos y la protección de poblaciones vulnerables, lo censuraron en Twitter por afirmar que si uno había tenido covid naturalmente, y se había recuperado, no necesita la vacuna porque ya es inmune. “Y esto es algo de biología básica”, remarca sorprendido en una entrevista con La Prensa. Esta es apenas una de las sinrazones en torno a la pandemia que han dejado atónito a este científico de reconocida trayectoria.

Durante el diálogo, el experto pone de relieve los varios escándalos que dejan las medidas adoptadas para combatir el brote de SARS-CoV-2 e insiste en que debería haberse implementado una estrategia de protección focalizada de los ancianos -mil veces más vulnerables ante el virus que los jóvenes- como se hizo con éxito en algunos lugares, como el estado de Florida, en Estados Unidos.

– Desde el comienzo de la pandemia y casi al unísono los países de todo el mundo coincidieron en un mensaje uniforme: la única alternativa para “salvarnos” de este virus era mediante los confinamientos y la solución serían las vacunas. ¿Por qué cree que no solo en Estados Unidos sino en gran parte del mundo -excepto algunos países, como su Suecia natal- se silenció a los expertos y científicos que se expresaron en contra de este “consenso” sobre cómo manejar la pandemia?

– Es una buena pregunta y no sé si conozco la respuesta. Pero fue muy sorprendente y, para ser honesto, me quedé atónito porque estos confinamientos van en contra de los principios básicos de la salud pública. La mayoría de mis colegas, que son epidemiólogos de enfermedades infecciosas, no creen en los confinamientos. La protección focalizada es el abordaje correcto y en mi comunidad científica los confinamientos fueron el punto de vista de una minoría. Por lo tanto, supongo que debieron censurarlos o de lo contrario hubiera quedado claro que no había consenso científico para disponer las cuarentenas.

– ¿Considera qué los “errores” en el manejo de la pandemia contribuyeron a un mayor número de muertes, muchas de las cuales podrían haberse evitado?

– Sí. Tanto por el covid como por los daños colaterales a la salud pública que estos confinamientos han causado. Por ejemplo, muchas personas no se realizaron los estudios para la detección del cáncer o el tratamiento, los resultados respecto de la enfermedad cardiovascular han empeorado y los pacientes con diabetes no han recibido los cuidados adecuados. Hemos tenido un montón de problemas de salud mental debidos a los confinamientos, por lo que esos daños colaterales han sido enormes. Y todavía no los hemos visto todos porque, por ejemplo, la falta de diagnóstico de un cáncer no producirá la muerte este año pero sí dentro de tres o cuatro, en vez de 20 años después. Por lo tanto, algunos de estos daños colaterales serán a más largo plazo.    

– También hemos visto que no ha habido una intención de investigar fármacos que podían salvar muchas vidas.

– Sí, ese ha sido otro escándalo de esta pandemia. Cuando algo así sucede, los Institutos Nacionales de Salud (NIH, por sus siglas en inglés) en Estados Unidos, que es la organización federal para la investigación médica, deberían haber comenzado un número de ensayos clínicos de forma inmediata y rápida para estudiar varios potenciales tratamientos. Es un escándalo que aún no tengamos buena información sobre qué tratamientos funcionan y cuáles no. Tenemos alguna información, pero deberíamos haberla tenido hace mucho tiempo a través de ensayos clínicos bien diseñados. Esa es una iniciativa que los NIH en Estados Unidos y agencias similares de otros países deberían haber puesto en marcha inmediatamente cuando esta pandemia comenzó, pero no lo hicieron. Es muy sorprendente que los NIH no lo hayan hecho porque es tan obvio que es necesario hacer esos estudios para determinar qué tratamientos funcionan y cuáles no, con sólida evidencia al respecto.

– ¿Cree que detrás de esa omisión estaban los intereses económicos de los laboratorios para desarrollar vacunas al representar éstas una mejor ecuación financiera?

– No sé cuáles son las razones. Si se encuentra un fármaco antiguo que funciona, en general, es genérico, por lo que ninguna compañía haría mucho dinero con eso. Pero ese no debería ser un hecho determinante en la pandemia. Y es por eso que los NIH tenían la responsabilidad de descubrir este tipo de cosas durante la pandemia. No sé cuáles son los motivos, pero seguro no fueron razones de salud pública.

– ¿Es posible llamar “errores” a esa serie de medidas equivocadas cuando en realidad hubo especialistas -como usted, junto a sus colegas Jay Bhattacharya y Sunetra Gupta- que advirtieron por qué estaban equivocados e incluso trazaron una alternativa más efectiva y aún así se decidió continuar en la misma línea?

– Como sociedad estoy seguro de que fue un error que deberíamos haber resuelto. Creo que fue el error de salud pública más grande en la historia. En una pandemia siempre habrá algunas muertes, eso es inevitable. Pero la estrategia de protección focalizada podría haber conducido a un menor número de muertos. Y en Estados Unidos podemos ver que Florida hizo protección focalizada para proteger a los ancianos y las escuelas permanecieron abiertas, mientras que otros estados cerraron las escuelas. Entre los diez estados más grandes de Estados Unidos, Florida fue el que obtuvo los mejores resultados en términos de mortalidad.

– Y sin embargo no lo tomaron como un buen ejemplo a seguir…

– Algunos sí hicieron un cambio cuando vieron los buenos resultados en Florida. Pero muchos otros estados, no.  

VACUNAS

– ¿Qué es lo que tienen que saber hoy las personas acerca de las vacunas contra el covid-19 que han obtenido la autorización para uso de emergencia y aún están en estudio?

– La clave sobre las vacunas es que, si uno mira el covid primero, cualquiera puede infectarse pero la mortalidad es muy diferente: hay una diferencia mil veces mayor entre los más jóvenes y los más viejos. De modo que para las personas ancianas el covid es una amenaza muy seria, pero para las personas jóvenes el covid es menos serio que la gripe anual, la cual ya ha dejado de ser peligrosa para este grupo. La gripe es de bajo riesgo para los jóvenes y el covid es incluso de menor riesgo.

Por lo tanto, si uno mira estas nuevas vacunas, son importantes para las personas mayores porque reducen el riesgo de morir por covid pero aún no sabemos si pueden implicar un pequeño riesgo porque son nuevas y son necesarios algunos años para determinarlo. Incluso si hay un pequeño riesgo de reacciones adversas para las personas mayores, aún vale la pena asumirlo porque los beneficios son tan buenos.

En cambio, para los niños, el covid no es una enfermedad seria, la mayoría es asintomática o puede tener algunos síntomas menores, por lo cual para ellos -si hay reacciones adversas a las vacunas- no sabemos cuál es la relación riesgo-beneficio. Por lo tanto, no debemos tratar de hacer obligatoria la vacunación de niños y de adultos jóvenes.

– ¿Qué hay acerca de las embarazadas?

– Todas las mujeres embarazadas tienen menos de 50 años y la vasta mayoría tiene menos de 40, por lo que ellas no tienen un gran riesgo ante el covid. No sabemos aún cuáles son los riesgos de la vacunación en las embarazadas, por lo que siempre hay un signo de interrogación.

– ¿Por qué cualquiera que busque analizar las vacunas o hacer alguna advertencia es tachado de “antivacunas”, “anticiencia” y otros rótulos absurdos?

– Hay algunas personas que son antivacunas porque no quieren aplicarse ninguna vacuna. Pero, desde mi punto de vista, las vacunas han sido uno de los inventos más importantes para la humanidad. La vacuna contra la viruela ha salvado la vida de millones de personas. La vacuna contra la polio ha evitado que los niños contraigan la enfermedad y la vacuna contra el sarampión es muy importante.

También está el otro extremo que cree que todos deben aplicarse todas las vacunas y eso es igual de malo. Debemos poder tener un debate sobre cuáles vacunas son apropiadas para qué personas. Esa es una suerte de discusión estándar dentro de la comunidad médica por lo que no entiendo por qué hay personas que creen que todos deben aplicarse la vacuna contra el covid. Por ejemplo, nadie cree que la vacuna contra el sarampión debiera aplicarse en niños de menos de un año. Aplicamos esta vacuna entre los 12 y 18 meses de vida y nadie está argumentando que los menores de esa edad deberían aplicarse esta vacuna, incluso aunque puedan contraer la enfermedad. De modo que diferentes vacunas tienen diferentes indicaciones por edad y cuándo es apropiado aplicarlas o no aplicarlas.

CENSURA OMNIPRESENTE

– Hay censura en redes sociales, en los grandes medios de comunicación, se desprestigió a los que buscaban un camino o tratamientos alternativos y a los que, como usted, cuestionaron los confinamientos. Incluso le tocó ser removido de su grupo de investigación por este motivo.  ¿No son la duda y el debate el motor del progreso de la ciencia?

– Sí, eso también es impactante porque no se puede tener ciencia sin un discurso científico abierto. Cuando se empiezan a censurar las discusiones científicas, la ciencia ya no puede funcionar de manera adecuada. Si otro científico tiene una mirada con la que estoy en desacuerdo, eso debería dar lugar a una discusión para analizar si él o yo estamos en lo cierto. Pero se debe hacer a través de discusiones y eso puede tomar meses o incluso años.

Es muy sorprendente y no hay lógica. Por ejemplo, fui removido del Comité de Seguridad de las Vacunas de los CDC porque argumenté que no debíamos pausar la vacuna de Janssen/J&J para las personas mayores. No les gustó eso, así que fui removido. Al mismo tiempo, creo que fue el mismo mes o tan solo unas semanas después, fui censurado por Twitter por decir que si uno ya había tenido covid naturalmente y se había recuperado no necesita la vacuna porque ya es inmune. Lo cual es biología básica. Nos hemos beneficiado de un sistema inmune natural por miles de años, entonces afirmar que las personas -que ya son inmunes porque ya sufrieron la enfermedad- también necesitan la vacuna, no tiene ningún sentido. Estamos básicamente vacunando a personas que son inmunes en los Estados Unidos, por ejemplo, mientras hay personas mayores en India, Brasil o Argentina que aún no han sido vacunadas y realmente lo necesitan. Esto es altamente antiético: vacunar a personas que no lo necesitan mientras otras sí y no pueden acceder a la vacuna.

– ¿Qué opina como científico de las grandes estructuras que se autodenominan “chequeadoras de datos” y que se han multiplicado exponencialmente durante esta pandemia, adjudicándose ser los dueños de la verdad?

– El solo hecho de afirmar que son los dueños de la verdad científica los descalifica automáticamente.

– ¿Usted se ha autocensurado para hablar sobre lo que piensa de esta pandemia y los intereses ocultos?

– En Twitter no puedo decir lo que quiero porque cierran mi cuenta. Algunas cosas quizás las puedo decir a través de LinkedIn o en otras plataformas, pero en Twitter estoy seguro de que no. Por lo que tengo que tener cuidado con lo que posteo allí, de lo contrario suspenderán mi cuenta y entonces no podré decir nada. Pero no tengo miedo de decir lo que pienso porque la ciencia depende de eso, la sociedad depende de científicos que estén deseosos de hacerlo. De modo que no tengo opción, lo tengo que hacer como científico, sino cuál es el sentido de ser científico. Pero tengo que tener un poco de cuidado dónde lo digo. Algunas cosas que quiero decir tengo que elegir dónde decirlas, en qué medios, en qué plataformas…

– ¿Hacia dónde vamos así? ¿Qué podemos esperar que ocurra en las próximas emergencias sanitarias, teniendo como antecedente esta autocracia mundial y que se aceptaron medidas sin probada eficacia como los confinamientos, el uso de barbijos y el desarrollo y utilización de vacunas en tiempo récord?

– La pandemia terminará, todas las pandemias terminan, sin importar qué estrategia utilicemos porque todas conducen a la inmunidad de rebaño. La inmunidad de rebaño se dará principalmente por la infección de la población, pero será ayudada por las vacunas. Una vez que la pandemia concluya, el covid evolucionará hacia el estado endémico. Nunca se irá, no lo podemos erradicar. Hay solo dos enfermedades que se han erradicado en la historia del mundo, que son la viruela y la peste bovina. Estamos tratando de erradicar la polio y eso puede funcionar, pero no podremos erradicar el covid, eso es imposible por su naturaleza. Por lo que irá hacia un estado endémico, similar al de los otros cuatro coronavirus que son endémicos, lo que significa que durante la estación invernal habrá algunos casos y algunas personas morirán por esta causa del mismo modo que mueren personas cada año por la gripe. Pero la mayoría de las personas lo contraerán en la infancia y una vez que tengamos la inmunidad de rebaño más personas serán inmunes. Habrá muy pocos susceptibles. A medida que nazcan personas cada año, que no serán inmunes porque nunca tuvieron el virus, luego se expondrán al virus durante la niñez. Esta enfermedad no es grave para los niños por lo que podrán ser asintomáticos o sufrir un resfriado, tal como los pescan permanentemente cuando son niños. De modo que será un virus más, como todos los otros cuando se convierta en endémico. Creo que ese será el futuro del covid-19. Tenemos que asegurarnos que nunca más cometamos este tipo de errores, porque habrá otras pandemias que vendrán, no sabemos cuándo, dónde o de qué tipo, pero no podemos permitirnos cometer este tipo de errores nunca más.

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