Por Emmanuel Alejandro Rondón – elamerican.com

Un hecho inquietante fue revelado el martes 13 de julio, por el FBI. A Masih Alinejad, una periodista iraní-americana que también es activista de derechos humanos y una gran crítica de la teocracia que gobierna Irán, la intentaron secuestrar cuatro funcionarios de inteligencia iraní para, supuestamente, llevarla hasta Teherán donde probablemente le esperaba una ejecución.

«Un tribunal federal de New York ha hecho pública hoy una acusación en la que se acusa a cuatro ciudadanos iraníes de conspiración relacionada con el secuestro, la violación de sanciones, el fraude bancario y electrónico y el blanqueo de capitales. Un co-conspirador y residente en California, también de Irán, se enfrenta a cargos adicionales de estructuración», reveló un informe del FBI.

«Según los documentos judiciales», siguió la agencia estatal, «Alireza Shavaroghi Farahani, alias Vezerat Salimi y Haj Ali, de 50 años; Mahmoud Khazein, de 42 años; Kiya Sadeghi, de 35 años; y Omid Noori, de 45 años, todos ellos de Irán, conspiraron para secuestrar a una periodista, autora y activista de derechos humanos de Brooklyn por movilizar a la opinión pública en Irán y en todo el mundo para lograr cambios en las leyes y prácticas del régimen. Niloufar Bahadorifar, alias Nellie Bahadorifar, de 46 años, originaria de Irán y actualmente residente en California, ha prestado presuntamente servicios financieros que apoyaron la trama».

El comunicado del FBI revela, también, cómo operaron los supuestos agentes iraníes para secuestrar a Masih Alinejad. Los hombres contrataron a servicios de inteligencia privados para vigilar y sacar fotos-vídeos a la periodista y a las personas que viven con ella en Brooklyn. La investigación dice que la vigilancia y el complot viene desde, al menos, junio del 2020, y que la idea era secuestrar a Alinejad dentro de Estados Unidos para silenciarla.

Según el FBI, la vigilancia obtuvo una gran cantidad de imágenes de la “Víctima-1”, es decir, la periodista, y de toda la residencia y las personas que habitan en ella.

«La red insistió repetidamente en la obtención de fotografías y grabaciones de vídeo de alta calidad de la Víctima-1 y de los miembros del hogar de la Víctima-1; un gran volumen de contenido; imágenes de los visitantes y de los objetos de la casa; y representaciones del lenguaje corporal de la Víctima-1. La red consiguió la vigilancia falseando su identidad y el propósito de la vigilancia a los investigadores, y blanqueó dinero en Estados Unidos desde Irán para pagar la vigilancia».

Parte del informe del FBI sobre el complot de secuestro contra Masih Alinejad.

Asimismo, la agencia estatal dijo que los secuestradores estuvieron evaluando formas de cómo sacar a Masih Alinejad de Estados Unidos para llevarla hasta Teherán. Venezuela, según la investigación, era la opción más factible por su relativa cercanía con Estados Unidos a través del mar y las buenas relaciones que mantiene con Irán.

«Como parte de la trama de secuestro, la red de inteligencia dirigida por Farahani también investigó métodos para transportar a la Víctima-1 fuera de Estados Unidos para su entrega a Irán», dice el informe.

«Sadeghi, por ejemplo, investigó un servicio que ofrecía lanchas rápidas de estilo militar para la evacuación marítima por cuenta propia fuera de la ciudad de Nueva York, y viajes marítimos desde Nueva York a Venezuela, un país cuyo Gobierno de facto mantiene relaciones amistosas con Irán. Khazein, por su parte, investigó las rutas de viaje desde la residencia de la Víctima-1 hasta un barrio costero de Brooklyn, la ubicación de la residencia de la Víctima-1 en relación con Venezuela y la ubicación de la residencia de la Víctima-1 en relación con Teherán».

El FBI también reveló que, antes de este complot iniciado el año pasado, «el gobierno de Irán intentó atraer a la Víctima-1 a un tercer país con el fin de capturar a la Víctima-1 para entregarla a Irán. Aproximadamente en 2018, funcionarios del Gobierno iraní intentaron inducir a los familiares de la Víctima-1, que residen en Irán, a invitar a la víctima a viajar a un tercer país con el aparente propósito de que la Víctima-1 fuera arrestada o detenida y transportada a Irán para ser encarcelada». Esto indica que los esfuerzos de la teocracia iraní para secuestrar o llevar a Masih Alinejad por la fuerza hasta Teherán no son nuevos.

Periodista iraní, El American
Una foto de la periodista iraní y activista de derechos humanos, Masih Alinejad, junto al exsecretario de Estado durante la administración Trump, Mike Pompeo. Alinejad fue víctima de un complot llevado adelante por el régimen iraní para secuestrarla. (Wikimedia Commons)

Las reacciones de la periodista iraní Masih Alinejad

Si bien el FBI cuidó la identidad de Alinejad, la periodista publicó varios vídeos en Twitter revelando que ella era la víctima del complot y agradeció a las autoridades por desactivar la red criminal.

«Agradezco al FBI por frustrar el plan del Ministerio de Inteligencia de la República Islámica de Irán para secuestrarme. Esta trama fue orquestada bajo Rouhani. Este es el régimen que secuestró y ejecutó a Ruhollah Zam. También han secuestrado y encarcelado a Jamshid Sharmahd y a muchos otros», escribió Alinejad al tiempo que subía un vídeo de poco menos de un minuto.

La periodista iraní dio varias entrevistas a medios americanos e internacionales y también realizó un par de comentarios al New York Times (NYT) que presentó a Alinejad como una inequívoca crítica del Gobierno iraní y del controvertido acuerdo nuclear.

Según el NYT, «Alinejad dijo que conocer los detalles del complot le resultaba chocante, pero que les había dicho a su marido y a su hijo que no entraran en pánico».

«Eso demuestra que no tienen miedo de Estados Unidos: tienen miedo de mí», dijo la periodista al NYT y agregó: «De lo contrario, no enviarían a nadie aquí para secuestrarme».

En un ensayo para el mismo periódico en el 2018, la periodista describió el por qué dejó Irán en 2009: «Como periodista en Irán, a menudo me metí en problemas al exponer la mala gestión y la corrupción del régimen hasta que, finalmente, me revocaron mi pase de prensa (…) A menudo me amenazaban con detenerme o algo peor por escribir artículos críticos sobre el expresidente Mahmud Ahmadineyad. Finalmente, me vi obligada a huir de mi país en 2009».

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