Fuente: KontraInfo.com

Fanazul, uno de los históricos centros argentinos de producción de Fabricaciones Militares, que como otras tantas empresas estratégicas del Estado, había sido cerrada durante la gestión de Mauricio Macri en 2017, ahora podría ser reabierta, pero en clave “progresista”: para producir cannabis.

La empresa estatal participará activamente en toda la cadena cannábica: desde la plantación de cannabis y cáñamo hasta el proceso de elaboración de aceite de cannabis en laboratorios de alta complejidad, y de hilos de cáñamo para la industria.

“Queremos que Fabricaciones Militares se convierta en un jugador estratégico y que nos permita interceder en el mercado, que sabemos que mueve una cantidad de divisas importantes. La clave sería sustituir esa materia prima que hoy se importa y sumarle valor agregado”, explicó el presidente de la sociedad del Estado Fabricaciones Militares, Iván Durigón, al diario oficialista Página/12.

En los inicios de la nueva administración se encontró con infraestructura y campo sembrado con maíz o destinado a la cría de ganado. “Hoy estamos recuperando esos campos para evaluar qué semillas son más acordes a la tierra”, explicó Durigón.

Ahora la empresa armará un espacio para elaborar productos de “cannabis medicinal”, e incluso convertirse en referente para certificar otras producciones: “Vimos que había un gran potencial en la industria y la necesidad de que el Estado intervenga y participe, así que nos interrelacionamos con INTA, INTI, el Conicet y el Ministerio de Salud para elaborar el proyecto”, sostuvo Durigón.

Se llevará a cabo una capacitación para reincorporar a algunos de los 200 ex trabajadores de la Fábrica Militar de Pólvoras y Explosivos de Azul ahora reconvertidos a su nueva función.

Desde ATE informaron: “Todo comenzó con los pedidos de despenalización de la marihuana por parte de las organizaciones cannábicas y usuarios. Le siguieron los múltiples pronunciamientos de académicos e investigadores, un paso relevante que ayudó instalar el debate y una parcial desestigmatización de la planta. Con el paso de los años fue la política la que terminó por hacerse cargo, con iniciativas legislativas -tanto a nivel nacional, provincial como municipal- con miras al cultivo e industrialización, sobre todo para uso medicinal”.

“El cannabis y sus derivados disrumpen en un montón de industrias verticales: se pueden fabricar alimentos, bebidas, productos cosméticos y veterinarios, fibras con las que se pueden desarrollar bioplásticos, textiles, calzados y hasta ladrillos para la construcción”, explicó el presidente de la Cámara Argentina del Cannabis (ArgenCann) y director de Pampa Hemp, Pablo Fazio“Uruguay fue pionero en la región y hoy ya está generando hasta un mercado del turismo en base al cannabis. En Estados Unidos, la industria del cannabis genera alrededor de 250.000 empleos formales”.

De concretarse el proyecto, Azul competirá con el megaproyecto cannábico de 14.000 hectáreas del gobernador jujeño Gerardo Morales, quien en asociación con la empresa norteamericana Grean Leaf Farms Jujuy, subsidiaria de Player’s Network. En principio este tipo de proyectos se plantean bajo el fundamento de la producción de “cannabis medicinal”, pero, siguiendo el esquema conocido como “Ventana de Overton”, futuros cambios legislativos permitirán con gran facilidad reconvertir los emprendimientos en producción masiva de “cannabis recreativo”.

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