El pasado 12 de julio, el indeseable presidente de Francia, Emmanuelle Macron, anunciaba unas medidas absolutamente dictatoriales para frenar la supuesta incidencia del virus en aquel país. Anunciaba, entre otras cosas, la obligatoriedad de vacunación para el personal sanitario y la prohibición de entrada en los centros de ocio y cultura para todos aquellos que no presentaran el pasaporte COVID.
El globalista indeseable daba, de esa forma, una nueva vuelta de tuerca a las restricciones a las que deben someterse los franceses a partir de septiembre. Pero Francia no es España y allí, además de por el fútbol, la gente sale a la calle para intentar defender sus derechos y su libertad.
De esta forma, en ciudades como París se producían protestas masivas contra estas medidas que este personaje indecente pretende imponer a sus compatriotas. Se ve que las comisiones de las farmacéuticas se pueden perder si no toma decisiones de este tipo. ¿Creen ustedes que si se produjeran noticias como estas en España la gente reaccionaría de la misma forma? Nosotros tampoco.
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