Por Celeste Caminos – BLes.com

En diciembre de 2019, se hizo público que la Fundación Bill y Melinda Gates proporcionó fondos para un proyecto que tiene como objetivo almacenar el historial de vacunación de una persona en un patrón de tinte, invisible a simple vista, que se administra debajo de la piel.

Este “tinte especializado”, que sería administrado junto con una vacuna, podría permitir el almacenamiento “en el paciente” de todo su historial de vacunación, sin necesidad de llevar un pasaporte o un papel.

Los investigadores sugirieron que este nuevo método de inyección serviría principalmente para ayudar a los países en desarrollo, donde los registros médicos tradicionales son raros o no existen.

Sin embargo, en la nueva era “Covid” donde en la mayoría de los gobiernos se está hablando sobre ejercer un control mayor de vacunación sobre la población, este proyecto del Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT) -financiado en gran parte por Gates- cobra un nuevo significado, de acuerdo a The Western Journal.

“El almacenamiento, acceso y control de registros médicos es un tema importante con muchos enfoques posibles”, dice Mark Prausnitz, presidente de ingeniería química y biomolecular en Georgia Tech, que no participó en la investigación. 

“Este estudio presenta un enfoque novedoso en el que el paciente almacena y controla el historial médico dentro de la piel del paciente de una manera mínimamente invasiva y elegante”, agregó.

Por su parte, Robert Langer, investigador del proyecto del MIT, dijo: “Es posible que algún día este enfoque ‘invisible’ pueda crear nuevas posibilidades de almacenamiento de datos, biosensores y aplicaciones de vacunas que podrían mejorar la forma en que se brinda atención médica, particularmente en el mundo en desarrollo”.

Metodología

El tinte utiliza nanocristales conocidos como puntos cuánticos. Los puntos irradian una luz ligeramente sub-infrarroja que un cierto tipo de teléfono inteligente puede leer. 

El material no se inyecta con una jeringa hipodérmica, sino que utiliza un parche, con microagujas, de 1,5 milímetros de largo, que se disuelven a medida que se administra el tinte en la piel. 

Las pruebas que utilizaron piel de cadáver humano mostraron que las cámaras de los teléfonos inteligentes podían detectar los patrones de puntos cuánticos después de hasta cinco años de exposición solar simulada, según el comunicado del MIT.

Los investigadores también probaron esta estrategia de vacunación en ratas, utilizando parches de microagujas que administraron los puntos cuánticos junto con una vacuna contra la polio. Descubrieron que esas ratas generaban una respuesta inmune similar a la respuesta de las ratas que recibieron una vacuna tradicional contra la polio inyectada.

“Este estudio confirmó que la incorporación de la vacuna con el tinte en los parches de microagujas no afectó la eficacia de la vacuna ni nuestra capacidad para detectar el tinte”, dijo la científica del MIT Ana Jaklenec.

Captura de pantalla donde se ven los patrocinadores del proyecto, donde el principal es la Fundación Bill y Melinda Gates (MIT.edu)

Suspicacias

El 17 de julio, la activista conservadora Candence Owens compartió en twitter el comunicado del MIT con la noticia, con el siguiente texto: “Hoy supe que Bill y Melinda Gates financiaron el desarrollo de un método para registrar datos médicos debajo de la piel de un paciente al mismo tiempo que se administra una vacuna. Los investigadores del MIT lograron esto utilizando puntos de cobre de base cuántica. ¡Tan interesante!”

Ese “Tan interesante” podría interpretarse en sentido irónico, como ¿qué podría salir mal?

También hubo otros usuarios que se hicieron eco de la noticia, que aunque es de 2019, se difundió particularmente en los últimos días.

El pasaporte de vacunas -que ya está implementado en casi toda Europa- presenta oposición en algunos países por temor a que se convierta en una herramienta discriminatoria.

Por ejemplo, quien no se haya querido administrar la vacuna experimental contra el virus PCCh (o covid-19) probablemente no pueda circular libremente, viajar, ir a un recital, al teatro o adonde guste.

No es una teoría de la conspiración, es algo real, que en algunos lugares ya se está viviendo. Lo mismo este tinte bajo la piel, tampoco es una mera “teoría”, es una especie de “tatuaje invisible” que ya se probó -casualmente- a finales de 2019, coincidiendo con la aparición del virus.

¿Qué mejor forma de controlar la vacunación de una persona simplemente escaneando su piel?  

Según la científica del MIT, Ana Jaklenec, el método del tinte podría ser especialmente beneficioso para rastrear vacunas que requieren múltiples dosis.

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