Por Carlos Esteban – gaceta.es
No hacía falta ser un hacha para deducirlo, pero parece ser que ya tenemos confirmación. Peter Schweizer, presidente del Instituto de Responsabilidad del Gobierno (GAI), anunció el lunes que su organización ha confirmado que el presidente Joe Biden “era beneficiario directo” de los oscuros y muy lucrativos negocios financieros de su vástago tarambana, Hunter Biden, con empresas de potencias extranjeras.
La fuente es ese mismo portátil, propiedad de Hunter, que el FBI retuvo durante meses sin decir esta boca es mía, las redes sociales censuraron cuando lo publicó el New York Post y los medios ignoraron y ‘desmintieron’ para no perjudicar la campaña electoral del candidato demócrata. Así de sucio, todo.
La confirmación es bienvenida, aunque no suponga precisamente una sorpresa. Mientras dos más dos sigan siendo cuatro, un inútil niño de papá, menorero y adicto al crack, no recibe fondos ingentes de empresas extranjeras de China, Ucrania y otros países por su cara bonita. La única razón plausible, recurriendo a la navaja de Ockham, es que se trata de ‘pay to play’, sobornos mejor o peor disimulados para tener acceso al entonces vicepresidente de Obama y obtener su favor.
Las leyes contra el cohecho son muy antipáticas, pero hay muchos modos de burlarlas. Uno es colocar al niño del gobernante que se desea corromper, dándole un sueldazo para que no haga nada más que dejar algunos mensajitos interesantes en la oreja de papá. Otro, que es el que se le ha ocurrido ahora, es ponerse a hacer dibujitos y que tus ‘obras’ se vendan por cifras espectaculares a amantes del arte que resultan tener intereses en influir sobre la Administración. ¿Quién puede poner precio al arte, o discutirle a un marchante prestigioso hasta qué punto lo es un garabato de Hunter?
Y por lo que dicta el sentido común y nuestro conocimiento de los cambalaches de la ‘famiglia’, no es probable que el viejo Joe renunciara a su parte del botín.
“Tenemos una copia, por cierto, aquí en GAI del portátil con todos sus archivos”, dijo en el programa de la Fox protagonizado por Sean Hannity. “Confirma que Joe Biden era beneficiario directo”.
Durante el programa, Schweizer explicó que GAI había cruzado datos del Servicio Secreto de los viajes durante el mandato de Joe Biden como presidente para corroborar la autenticidad de los correos de Hunter.
En cualquier caso, Hunter nunca ha negado que los correos sean auténticos. Mientras, GAI sigue investigando un material que, según confiese Schweizer, “alcanza proporciones desastrosas para la familia Biden: “Ahora estamos a la mitad de la investigación, pero a finales de año la habremos completado, y adquirirá tonos más siniestros aún en términos de lo que revela sobre la familia Biden y sus vulnerabilidades”. Del uno al diez, un once, aseguró Schweizer.
Cada uno es muy libre de hacer lo que le plazca, pero yo que Schweizer revisaría cuidadosamente cada mañana los bajos del coche, que hay mucho supremacista blanco por ahí.