Por Andrés Vacca – BLes.com
La administración Biden avanzó otro paso en su objetivo de cerrar la prisión de Guantánamo en la base militar que Estados Unidos posee en Cuba. El lunes se confirmó la repatriación de Abdullatif Nasser, un terrorista marroquí comandante del grupo terrorista Al Qaeda, acusado de hacer explotar dos estatuas gigantes de Buda en Afganistán y amenazar con “matar a todos los judíos”.
La liberación de Abdul Latif Nasser, de 56 años, según reportó Newsweek, fue el primer paso que tomó el presidente Biden para reducir la población carcelaria de la prisión de Guantánamo, siguiendo los pasos del anterior presidente demócrata Barack Obama.
Nasser, de 56 años, estuvo encarcelado en la bahía de Guantánamo durante 19 años, tras ser detenido por ley de guerra en el conflicto armado contra el grupo terrorista Al Qaeda.
Según un memorando del Pentágono filtrado en 2008, Nasser nació en Casablanca, Marruecos, el 4 de marzo de 1965.
“Si es liberado sin rehabilitación, supervisión cercana, medios y deseo de reintegrarse con éxito en la sociedad como ciudadano respetuoso de la ley, se considera que el detenido buscará a asociados anteriores y volverá a participar en hostilidades y actividades de apoyo extremista en el país y en el extranjero. Desde su traslado a JTF-GTMO, el detenido ha hecho declaraciones de apoyo a la actividad terrorista violenta. El detenido ha amenazado al personal estadounidense e incluyó referencias a los ataques del 11 de septiembre de 2001 dentro de sus amenazas”, dice el memo.
Según los informes publicados, existían muchas razones para mantener a Abdul Latif Nasser encerrado. Incluso la administración Obama, que tenía como misión liberar a todos los terroristas islámicos, había encontrado problemas para liberar a Nasir, y de hecho no pudo hacerlo.
Los documentos gubernamentales describen al acusado terrorista de Al Qaeda como un verdadero peligro para la seguridad de los Estados Unidos. Es reconocido como un instructor de explosivos que también entrenó a los reclutas de Al-Qaeda en el “uso del AK-47, granadas propulsadas por cohetes, ametralladoras Beka y morteros”, al mismo tiempo que recibió “entrenamiento avanzado en explosivos y venenos” en el laboratorio químico en el Mall Six Compound de Osama bin Laden.
Según reportó AP News, ciertas agrupaciones de Derechos Humanos habrían presionado para que el terrorista fuera liberado durante el año 2016, pero la administración Trump negó los pedidos por ausencia de pruebas, al mismo tiempo que el presidente expresó su voluntad de continuar operando con la prisión de Guantánamo.
Al comunicar la liberación de Nasser, el Pentágono citó las presiones de los grupos de Derechos Humanos y afirmó que su detención ya no era necesaria para proteger la seguridad nacional de Estados Unidos, aunque no brindó ningún tipo de garantía al respecto.
El Departamento de Estado dijo que la administración del presidente Joe Biden continuará “un proceso deliberado y exhaustivo” destinado a reducir la población de detenidos en Guantánamo “al mismo tiempo que salvaguarda la seguridad de Estados Unidos y sus aliados”.
Lo que hace aún más polémica la decisión del presidente Biden, es repatriar a Nasser justamente a Marruecos, país gobernado por la “Hermandad Musulmana”, quien recientemente felicitó a la agrupación terrorista Hamas, una rama de la Hermandad Musulmana, por su “victoria” sobre Israel. Osama bin Laden y los líderes de Al Qaeda también habían sido miembros de la Hermandad.