Fuente: La Derecha Diario
En los últimos meses tras el golpe de Estado militar, el país asiático se tuvo que enfrentar a una masiva oleada de protestas civiles, inmensos combates entre grupos armados étnicos y el ejército, una crisis económica y la pandemia del COVID-19, impulsada por la propagación de la variante delta.
Es en este contexto que la Junta Militar de Myanmar se vio prácticamente forzada por el orden de las cosas a disolver el Consejo Administrativo Estatal. El general Min Aung Hlaing, líder de la Junta Militar y Comandante en Jefe del Tatmadaw (las fuerzas armadas), anunció la drástica medida acompañada de la formación de un gobierno interino civil.
Y a pesar de que anunciaron el gobierno “civil”, de civil tiene poco, puesto que el mismo Aun Hlaing se designó a si mismo como primer ministro de la nueva gestión, poniendo a el también general Soe Win como Viceprimer Ministro, paralelamente a su cargo como Vicepresidente de la Junta Militar.
Desde el nuevo gobierno ya oficializaron la extensión del Estado de Emergencia, la dictadura, hasta agosto de 2023, momento en el que celebraran elecciones, unos comicios que se debían llevar a cabo en 2020 y anularon estos mismos entre acusaciones de fraude, apenas unos meses antes de llevar a cabo el golpe militar.