En 1994 el científico japonés Masaru Emoto realizó un experimento que consistía en observar la cristalización del agua congelada a una temperatura de hasta -25 grados centígrados, exponiéndola a diferentes tipos de entornos y emociones. Luego ampliaban los cristales de 200 a 500 veces a partir de su tamaño normal con una cámara de alta velocidad.
Para el experimento primero utilizaron agua destilada, luego agua pura y también contaminada.
El equipo recolectó una muestra de agua tres días después del terremoto de Kobe en Japón en el año 1995. Los cristales analizados no mostraron formas simétricas, sino que por el contrario la imagen era muy similar a la que se proyectaba con la palabra ira. Esto nos plantea la inquietante pregunta: ¿Es el terremoto un desastre natural o es una consecuencia de la ira de la naturaleza o de los seres divinos?
Luego el equipo del Dr Emoto invitó a un grupo de monjes a recitar las escrituras budistas sobre el agua y obtuvieron resultados sorprendentes.
¿No demuestra esto que las personas con pensamientos puros podrían producir buenos resultados?