Fuente: La Tribuna del País Vasco

Las élites totalitarias globalistas, tratando de imponer cada vez más
aceleradamente la Agenda 2030 y el ‘Gran Reinicio’, han comenzado a exigir a los Gobiernos occidentales que, con el objetivo de luchar contra el “cambio climático”, se preparen para decretar severos confinamientos a la población similares a los establecidos con la excusa de la pandemia de Covid-19.

“Bajo los confinamientos climáticos, los Gobiernos limitarían el uso de vehículos privados, prohibirían el consumo de carnes rojas e impondrían medidas extremas de ahorro de energía, mientras que las empresas de combustibles fósiles tendrían que dejar de perforar”, señalan varios informes publicados en la web del World Business Council for Sustainable Development, una asociación internacional a favor de un “desarrollo sostenible” formada por varios centenares de las principales compañías del mundo.

“A medida que el Covid-19 se fue extendiendo, los Gobiernos impusieron confinamientos estrictos de la población para evitar que la emergencia de salud pública se saliera de control. En un futuro cercano, es posible que
el mundo deba volver a recurrir a los confinamientos fuertes, pero en esta ocasión para abordar las emergencias climáticas”. Así se expresaba Mariana Mazzucato, profesora de Economía de la Innovación y el Valor Público en el University College de Londres y autora del libro Misión economía: Una guía para cambiar el capitalismo. Su informe puede encontrarse en la sección “Análisis” del Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de las Naciones Unidas, junto con una gran cantidad de estudios similares elaborados por miembros del Comité de Políticas de Desarrollo (CDP) alrededor del cambio climático, el Covid-19, el futuro del capitalismo y el ‘Green New Deal’.

“Las emisiones de dióxido de carbono deben caer el equivalente a un confinamiento global que tenga lugar cada dos años durante la próxima década para que el mundo se mantenga dentro de los límites seguros del
calentamiento global”, escribía también Fiona Harvey en el izquierdista The Guardian en marzo de 2021. Cuatro meses antes, en noviembre de 2020,
Harvey afirmaba que en “la mayoría de los países se necesita la intervención del Gobierno para regular o para obligar a las personas y empresas a realizar mejoras medioambientales”

Por su parte, Corinne Le Quéré, autora principal del estudio del Centro Tyndall para la Investigación del Cambio Climático de la Universidad de East Anglia en Inglaterra, señaló también que “necesitamos un recorte en las emisiones de aproximadamente el tamaño de la caída que se produjo bajo lo que ya se conoce como el Gran Confinamiento”.

Estas declaraciones se producen, además, en medio de una intensa serie de ciberataques devastadores contra infraestructuras críticas que han tenido muy negativas consecuencias para el uso de combustibles fósiles y para la producción de carne en los Estados Unidos. Como informaba The New York Times, “los automóviles se alinearon en las estaciones de servicio en gran parte del sureste del país debido a la escasez de combustible después de que el Colonial Pipeline fuera atacado con un ciberataque”. Más recientemente, y tras otro ciberataque contra JBS SA, el mayor productor de carne del mundo, la empresa se vio obligada a cerrar todas sus plantas de carne de Estados Unidos.

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