Fuente: Panampost.com
El Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos (DHS, en inglés) alertó este viernes sobre el entorno de amenaza «diverso y desafiante» que afronta el país en vísperas y después del vigésimo aniversario de los atentados del 11 de septiembre de 2001.
El secretario de seguridad nacional, Alejandro Mayorkas, advirtió en un comunicado que el aniversario del 11 de septiembre y las fiestas religiosas podrían «servir como catalizador de actos de violencia selectiva» por parte de terroristas locales, individuos y grupos involucrados en violencia, así como aquellos inspirados por terroristas foráneos y otras «influencias extranjeras malignas».
Mayorkas indicó que esos actores usan cada vez más los foros en línea para difundir «narrativas extremistas violentas» y promover actividades de ese tipo.
En concreto, señaló que Al Qaeda en la península arábiga publicó recientemente su primer ejemplar en inglés en más de cuatro años de la revista Inspire.
Esto, a juicio del funcionario, «demuestra que las organizaciones terroristas extranjeras continúan sus esfuerzos para inspirar a los individuos radicados en Estados Unidos susceptibles a las influencias extremistas violentas».
Alerta en lugares de culto e instalaciones comerciales
Según el secretario de seguridad nacional, los ataques extremistas con numerosas víctimas han tenido históricamente como objetivo lugares de culto, así como instalaciones comerciales abarrotadas o reuniones.
De allí que alertó que la reapertura de instituciones, incluidas las escuelas, así como las fechas de importancia religiosa que tendrán lugar en los próximos meses podrían brindar oportunidades para hechos de violencia, pero aclaró que no se han identificado aún «amenazas creíbles o inminentes».
Además, apuntó que la aparición de variantes de COVID-19 y el posible restablecimiento de las restricciones de salud para evitar su propagación pueden servir de «justificación» para aquellos interesados en llevar a cabo ataques.
Cerca de 3000 personas murieron en los ataques orquestados por la organización terrorista Al Qaeda en el World Trade Center de Nueva York, en el Pentágono y cerca de Shanksville, en Pensilvania.