Fuente: mpr21
La ministra israelí de Educación, Yifat Shasha-Biton, dice que vacunar a los niños contra el coronavirus en las escuelas crea “presión social” sobre los alumnos, por lo que se opone a ella.
“Estamos hablando de niños que llevan un año y medio sentados en casa y que sufren un malestar emocional. Eso es un crimen, en lo que a mí respecta”, dijo el miércoles a Channel 12 News.
A Shasha-Biton le preocupa que la vacunación presione a los niños, ya que en última instancia son los padres quienes deciden si los vacunan o no. “Estamos poniendo a los niños en una situación imposible”, apuntó.
En Twitter la ministra añadió que “el papel del sistema educativo es educar. El papel del sistema sanitario es cuidar la salud. Una declaración educativa, diciendo que no es bueno introducir una presión social innecesaria en las escuelas, se saca de contexto, para tergiversar mi posición”.
La Oficina del Primer Ministro dijo que, por el momento, no está previsto un debate en el gabinete sobre la vacunación escolar, aunque las declaraciones de la ministra han iniciado una polémica dentro del Ministerio de Educación.
Un funcionario del Ministerio afirmó que “las vacunas contra el coronavirus no son similares a las vacunas normales que se administran en las escuelas. No hay nada que hacer al respecto, no forma parte del consenso”.
“Es imposible ignorar a un gran número de padres que tienen miedo de la vacuna contra el coronavirus y no quieren vacunar a sus hijos”, añadió. “No necesitamos ‘importar’ este desacuerdo a las escuelas, de modo que los niños que no se vacunen puedan quedar ‘marcados’ y sufrir socialmente. Por ejemplo, no querrán sentarse junto a ellos [los niños no vacunados]. Y todo esto ocurre cuando son los padres los que deciden vacunar a sus hijos. No necesitamos llevar una discusión polémica a las escuelas”, expuso.
La vacunación en las escuelas aumenta la “carga psicológica” de los niños, muchos de los cuales siguen sufriendo daños emocionales y sociales por el confinamiento. Se trata de un “intento de hacer obligatoria la vacuna por la puerta trasera”. Los padres tienen derecho a decidirlo. “Equivale a crear una coacción en las escuelas no religiosas”, concluyó el funcionario.
La disputa también se refiere a si se puede obligar a los estudiantes a vacunarse, y refleja un conflicto más amplio entre el derecho a la educación y el derecho a la salud pública. Hasta ahora, los países se han mostrado relativamente reacios a dar ese paso.
Varios de ellos, como Estados Unidos, Australia y algunas provincias canadienses, hacen que ciertas vacunas sean un requisito para la inscripción en la escuela. Algunos incluso retiran de la escuela a los alumnos que están exentos de las vacunas en caso de epidemia.