Traducido de Breitbart.com por TierraPura.org
Rusia no tiene intención de acoger a los refugiados afganos en medio de la toma del poder por los talibanes, alegando el temor de que los “militantes” puedan colarse en el país “bajo la apariencia de refugiados”, declaró el domingo el presidente Vladimir Putin.
“Nuestros socios occidentales, digamos, plantean insistentemente la cuestión de colocar a los refugiados en países de Asia Central antes de que éstos reciban visados de Estados Unidos u otros países”, dijo Putin durante una reunión con miembros de su partido político , Rusia Unida, según la agencia de noticias rusa Tass”¿Creen que pueden enviarlos sin visado a nuestros vecinos, pero se niegan a recibirlos en sus propios países sin visado? Qué enfoque más humillante para resolver este asunto”.
“¿Pero quién está entre estos refugiados? ¿Cómo podemos saberlo?”, preguntó Putin
Los talibanes derrocaron al gobierno afgano respaldado por Estados Unidos el 15 de agosto y, desde entonces, miles de afganos han intentado huir del país por miedo a la persecución. Los talibanes tienen un largo y violento historial de torturas, violaciones y asesinatos de sus enemigos.
El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) pidió el viernes a “los países vecinos de Afganistán que mantengan abiertas sus fronteras ante la evolución de la crisis”. Putin dijo que la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (OTSC), dirigida por Rusia, estaba menos dispuesta a aceptar refugiados afganos porque sería muy difícil examinarlos por motivos de seguridad en el caos del Afganistán caído.
“Compartimos fronteras comunes, pero no hay restricciones de visado. Imaginemos que los refugiados entraran en cualquiera de estos países. ¿Quiénes están entre estos refugiados, cómo lo sabemos? Puede haber miles de ellos, o incluso cientos de miles, y puede que hasta millones”, dijo Putin.
Aunque la relación de Rusia con los talibanes es históricamente tensa -los talibanes son una organización terrorista prohibida por la ley en el país-, el Ministerio de Asuntos Exteriores ruso emitió unas declaraciones en las que afirmaba que los talibanes “restauraran el orden público” y parecía describir la conquista del grupo terrorista como un acontecimiento “estabilizador” para Afganistán.
En la última semana, Putin se ha apresurado a proponer una relación amistosa con el grupo terrorista yihadista. Los funcionarios rusos han insistido en que los talibanes no son una amenaza para la seguridad de Asia Central y han llegado a decir que los talibanes no son una amenaza para los afganos que intentan huir del país.
Ni China ni Rusia parecen interesadas en ocuparse de las consecuencias de la ampliación de la guerra de Afganistán anunciada por el presidente Joe Biden en abril, aunque ambos enemigos de Estados Unidos se han unidos y están dispuestos a sacar provecho de la destrucción.
“Podemos alinear nuestros intereses [con China] para oponernos a Estados Unidos”, declaró al Financial Times Arkady Dubnov, analista político y experto en Asia Central en Moscú. “Lo que es bueno para nosotros es malo para los estadounidenses, lo que es malo para nosotros es bueno para los estadounidenses. Hoy la situación es mala para los estadounidenses y por eso es buena para nosotros”.
Con la salida de Estados Unidos de Afganistán, lo más probable es que Rusia vuelva a adoptar una postura más proactiva en la protección de su frontera y en el mantenimiento del control en la región, lo que, en última instancia, aumentaría su poder. En cuanto a China, el régimen comunista tiene en su mira los 3 billones de dólares en minerales de tierras raras de Afganistán. Si China es capaz de forjar una relación amistosa con los talibanes, el acceso a esos recursos naturales consolidaría a China como el principal proveedor del mundo. Las tierras raras se utilizan para producir baterías recargables para coches eléctricos e híbridos, monitores, televisores, iluminación, láseres y otras tecnologías.