Fuente: La Derecha Diario
Habiendo aprendido de la experiencia de la catástrofe migratoria que acechó a Europa luego de la primavera árabe, especialmente de inmigrantes libios, egipcios y sirios entre 2011 y 2015, Viktor Orbán, el primer ministro húngaro, ha levantado un muro legal para evitar que la Unión Europea le encaje una cuota de afganos.
Cientos de miles de afganos están escapándose de su país tras el golpe de Estado del Talibán, y mientras países como Estados Unidos, Canadá, Reino Unido, Francia o Alemania han dicho que recibirán con los brazos abiertos a los refugiados afganos, otros países se mueven en dirección contraria.
La política de Orbán es la de “ni un solo refugiado afgano”, y aseguró que cualquier afgano que quiera entrar a Hungría deberá seguir los procedimientos que cualquier inmigrante debe superar para sacar la residencia en el país.
A Hungría se le sumó Polonia, de la mano de Andrezj Duda; Austria, de la mano de Sebastián Kurz; y Eslovenia, de la mano de Janez Jansa, quienes formaron un bloque para resistir las exigencias de la Unión Europea en cuanto a temas migratorios.
Estas naciones tienen gobiernos de derecha que han prometido defender la cultura y la composición social de sus países, y bajo ningún concepto tomarán refugiados de un país que desde la Segunda Guerra Mundial es un paraíso para el terrorismo islámico.