Por José Hermosa – BLes.com
Luego de que un residente de Australia, fuera amonestado y esposado por la policía por no usar la mascarilla contra el Covid o virus PCCh (Partido Comunista de China), su pequeña hija se sentó en su regazo liberándolo de ser conducido a la cárcel.
Los hechos ocurrieron en un parque de George’s Hall, a 24 kilómetros de Sidney, donde otro visitante filmó la escena y trató de intervenir en favor del detenido, relató Daily Mail del 30 de agosto.
El padre señaló que fue detenido tras pedir a los agentes que aclararan una advertencia sobre una infracción de salud pública, mientras que los agentes argumentan haberlo esposado por no cumplir con la norma sanitaria del lugar.
Cuando la policía interrogó al hombre, este se negó a responder a menos que su pequeña estuviera junto a él, que estaba sentado en el piso.
Así, la policía llamó a la niña que se hallaba cerca, y al llegar esta se sentó en el regazo de su padre cambiando por completo el ambiente.
Entre tanto, el hombre que filmaba todo intervino diciendo que el detenido no había cometido ninguna infracción, por lo que solicitaba más justicia, pero al ser advertido por los agentes de que estaba interfiriendo con sus labores guardó silencio sin dejar de grabar los hechos.
Finalmente, los agentes decidieron liberar al padre quitándole las esposas y aplicarle una multa
La situación en Australia se ha tornado tan tensa por la imposición de las restricciones a la movilidad de los ciudadanos que las multas pueden llegar a los 500 dólares por no usar la mascarilla.
En esta región del país los residentes solo pueden salir de casa por razones establecidas como esenciales, entre ellas el trabajo autorizado, el ejercicio, la atención sanitaria, la compra de productos vitales o la vacunación.
Asimismo, hay obligación de usar las mascarillas en todos los lugares públicos interiores como tiendas, oficinas y zonas comunes de edificios de apartamentos, al igual que en el exterior, a menos que se haga ejercicio.
En las áreas más afectadas por la pandemia, los soldados intervienen para evitar que la gente salga de sus casas más de una vez por día, y van casa por casa para asegurarse de que las personas que dieron positivo al virus estén aisladas.
Por su parte, el alcalde de Cumberland, Steve Christou, donde el 60% de sus 240.000 residentes han nacido en el extranjero, criticó la medida del gobierno y lo acusó de no saber qué están haciendo.
“No tienen otra idea que recurrir a los militares como último recurso porque están perdidos en cuanto a las cuestiones que han creado”, señaló Christou
Y agregó: “Son una comunidad pobre, son una comunidad vulnerable, y no se merecen estos encierros o estas medidas prolongadas y duras con las que ahora se les ha atacado”.
Cerca de 16 millones de australianos, casi dos tercios de la población, están bajo estricto encierro con las nuevas medidas del gobierno, mientras se registra apenas un 20% de su población está vacunada.
Las contradicciones y la confusión creada alrededor del uso de las vacunas contra el virus PCCH continúan aun después de año y medio de la aparición de este, incluso hay quienes consideran que son innecesarias.
Recientemente, un nuevo estudio israelí muestra cómo la inmunidad natural desarrollada después de que la persona tiene contacto con el virus, genera una protección considerablemente mayor a la variable Delta del coronavirus que las proporcionadas por dos dosis de la vacuna.
Estos resultados dan vigencia al debate acerca la poca importancia que se le da a la inmunidad adquirida naturalmente, respecto a la impulsada por la vacunación para superar la pandemia.