Por Carlos Esteban – La Gaceta de la Iberosfera
“El presidente Biden derogó todas las medidas que nuestra Administración aprobó para detener la inmigración ilegal, incluyendo la interrupción de las obras de construcción del muro fronterizo”, ha tuiteado Mike Pompeo, secretario de Estado con Donald Trump. “Ahora, la Crisis Fronteriza de Biden está fuera de control”.
Y fue el pasado jueves cuando corrieron por las redes sociales las espectaculares imágenes de la marea humana tratando de cruzar el puente internacional de Del Rio, en Texas. Mexicanos, por supuesto, pero también haitianos, venezolanos, norteafricanos, hondureños, brasileños, de Surinam, Guayana y Oriente Medio. Se diría que se ha corrido la voz por todo el planeta que Estados Unidos ha abierto de par en par las puertas y que todo el mundo es bienvenido.
Los campos de detención están al máximo de su capacidad, con más de 10.000 inmigrantes ilegales acogidos en ellos, y la Policía Fronteriza informa de que solo en agosto contactaron con 208.887 extranjeros que entraron ilegalmente en el país, un aumento del 317% con respecto al mismo mes el año pasado. Y va a más.
Según fuentes del departamento de Protección de Aduanas y Fronteras (CBP) citadas por el portal Breitbart, los recién llegados son en su mayoría haitianos, muchos de ellos deportados por Trump hace un año y que han estado viviendo desde entonces bajo el mismo puente internacional y han visto en la postura pasiva de Biden su oportunidad para entrar en el país. En el momento de la crisis, 3.600 personas se hallaban acampadas bajo el puente, una cifra que en solo 72 horas aumentó hasta cerca de 5.600 en cuanto empezaron a moverse hacia Estados Unidos. Es imposible conocer el número en este momento, aunque algunos observadores lo cifran entre 7.000 y 8.000 personas.
El puente de Del Río ha sido zona favorita de espera de los inmigrantes desde el momento mismo en que Joe Biden, nada más ser investido presidente, anunció la anulación de todas las medidas de la Administración Trump para controlar la inmigración ilegal. Buena parte de la población de este improvisado campamento, que recuerda al que durante años se instaló a las afueras de la ciudad francesa de Calais esperando cruzar el Canal hacia Gran Bretaña, está formada de hecho por deportados de la Administración Trump.
Según las fuentes citadas por Breitbart, la riada humana está obligando a la CBP a abandonar todos los pasos fronterizos del sector para centrarse en la inspección de los miles de vehículos que atraviesan las autopistas y a procesar la acogida de los migrantes que ya han entrado en el país.