Por María José Olea Álvarez – Panampost.com

El régimen talibán está intensificando la represión contra todos aquellos que incumplan la Ley Sharia. Durante el último tiempo, los insurgentes islámicos han insinuado que volverán a aplicar macabras sanciones a los «infractores», incluyendo amputaciones de manos y ejecuciones públicas.

Esta advertencia es un duro recordatorio del Afganistán de 1990, cuando los extremistas realizaban cruentos fusilamientos de civiles en medio del estadio olímpico de Kabul. Caso emblemático fue el de Zarmina, madre de siete hijos, quien recibió un disparo en la cabeza frente a 30000 espectadores. El régimen la acusaba de haber matado a su marido. Hoy los talibanes vuelven a mostrar su lado más oscuro.

«Todos nos criticaron por los castigos en el estadio, pero nunca hemos dicho nada sobre sus leyes y sus castigos», afirmó recientemente el mulá Nooruddin Turabi a The Associated Press. «Nadie nos dirá cuáles deberían ser nuestras leyes. Seguiremos el islam y haremos nuestras leyes sobre el Corán», sentenció.

Turabi arrastra un sanguinario historial de violaciones a los derechos humanos en el país afgano. Fue él quien supervisó las ejecuciones públicas en los estadios. Por otra parte, era conocido por destruir cintas de música por considerarlas una «amenaza» y prohibir los deportes. Asimismo, solía golpear a los hombres que no se recortaban la barba y reprender a las mujeres sin mayor justificación.

Sus últimas amenazas son un claro indicio que las drásticas sanciones podrían retornar. «Cortar las manos es muy necesario para la seguridad», señaló el líder integrista al medio norteamericano. Además agregó que «desarrollarán una política» sobre dónde llevar a cabo sus castigos, que en el pasado contemplaban la amputación de extremidades para los ladrones. Todo indica que las campañas de humillación pública por delitos menores volverán a Afganistán.

Malas noticias para Biden

Las declaraciones de Turabi son preocupantes, especialmente para el presidente de Estados Unidos, Joe Biden. La retirada de las tropas norteamericanas en Afganistán le ha costado una drástica baja en las encuestas. A mediados de septiembre, el demócrata registró un 46 % de aprobación, su peor cifra desde que asumió el cargo.

Por otra parte, el relajamiento de su postura sobre los talibanes también le ha jugado en contra. A inicios de este mes, durante las evacuaciones, el mandatario calificó a los extremistas afganos como «flexibles, prácticos y profesionales», según un comunicado de la Casa Blanca.

Sin embargo, probablemente lo que más lo perjudique será la difusión de las horrorosas campañas del terror impulsadas por los fundamentalistas islámicos. Esto debido a que Turabi indicó a AP que ahora el régimen utilizará los medios de comunicación como una forma de «propagar su mensaje». «Ahora sabemos que en lugar de llegar a solo cientos, podemos llegar a millones», señaló el líder islamista. Asimismo, argumentó que si los castigos se hacen públicos, las personas podrían grabar videos o tomar fotos y generar un potente efecto disuasivo en sus compatriotas.

Las horrorosas imágenes de la tragedia en Afganistán sin duda no pasarán desapercibidas y el error de Joe Biden será aún más evidente.

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