Por Andrés Vacca – BLes.com
A medida que Estados Unidos aumenta exponencialmente la importación de paneles solares, también lo hacen las críticas de especialistas que manifiestan que no son tan ecológicos como se intenta imponer en el ideario general. También aumentan las denuncias que indican que la mayor parte de los paneles provienen de China, donde no se cumple con los estándares internacionales de libre mercado y se utiliza mano de obra esclava para su producción.
Durante los últimos años, el desarrollo de la industria de la energía solar se ha incrementado notoriamente. En Estados Unidos, sobre todo con las políticas que intenta imponer la administración Biden para cumplir con la “agenda ecológica”, pareciera haber comenzado una especie de carrera por reemplazar las energías tradicionales por energías alternativas como la solar.
Si bien existen poderosos sectores ligados a la izquierda que defienden y promueven este tipo de políticas, hay muchos expertos que ponen un paño de dudas y advierten sobre efectos sumamente negativos respecto a los paneles solares.
La forma en que se fabrican la mayor parte de los paneles solares puede colocarlos directamente en la categoría de “contaminantes sustanciales”, señala Matthew Dalton, corresponsal en París del Wall Street Journal y autor del del artículo “Detrás del auge de la energía solar estadounidense, una montaña de carbón chino”.
“Los paneles fabricados en China generan aproximadamente el doble de dióxido de carbono que el panel equivalente fabricado en Europa”, asegura Dalton, haciendo una comparación casi hipotética dado que los fabricantes de paneles europeos y estadounidenses han sido prácticamente diezmados por la competencia china.
Según el artículo del WSJ, los mayores fabricantes chinos de paneles solares son empresas de las que la mayoría de los consumidores nunca han oído hablar, que desvinculan completamente sus procesos de la imagen limpia y depurada que muestran los grandes instaladores de energía solar como Sunrun, Momentum Solar o Trinity Solar.
Dalton escribe que “la dependencia de la industria solar del carbón chino…a medida que los fabricantes aumentan rápidamente la producción de paneles solares para satisfacer la demanda, convertiría a la industria solar en uno de los contaminadores más prolíficos del mundo”.
Problemas de competencia con los paneles solares importados de China
Los bajos costos de producción en el régimen comunista chino, sumado al desarrollo de empresas casi monopólicas en la producción de paneles solares, ha llevado a que sea prácticamente imposible la producción local de este producto de modo competitivo.
Por este motivo se han creado algunos mecanismo, aunque poco efectivos, para limitar la importación de estos paneles. Principalmente se han establecido una serie de aranceles bajo las normativas antidumping, que buscan desalentar la importación desde china.
En agosto de 2021, American Solar Manufacturers Against Chinese Theatre (A-SMACC) solicitó al Departamento de Comercio que investigara las importaciones “comercializadas injustamente” de Malasia, Tailandia y Vietnam de células y módulos solares, reportó Fox Business.
“Si bien las empresas chinas exportan ahora casi exclusivamente a Estados Unidos desde el sudeste asiático, la gran mayoría de la fabricación, la investigación y el desarrollo y la inversión de capital permanecen en China”, argumenta la A-SMACC.
Producción de paneles solares con mano de obra esclava
Otro problema, no menor, son las denuncias que indican que los bajos costos en la producción de paneles solares chinos, es posible principalmente gracias a la mano de obra esclava utilizada para tal fin.
Un informe publicado en junio de 2021 por investigadores británicos de la Universidad de Sheffield Hallam, asegura que la producción mundial de paneles solares está siendo impulsada por el trabajo forzado de musulmanes uigures, presos políticos, religiosos y otras minorías étnicas por parte del régimen comunista chino en la provincia de Xinjiang, China.
La investigación sugiere además que el régimen chino tiene entre el 71% y el 97% de la capacidad mundial de varios componentes de paneles solares. Solo Xinjiang produce casi la mitad del polisilicio de grado solar del mundo.