Por Oriana Rivas – Panampost.com
Un escándalo real está acaparando la atención de medios británicos. Se trata de la intervención de la reina Isabel II para evitar una posible condena a su hijo, el príncipe Andrew duque de York, acusado de abuso sexual. Él mantuvo una amistad con Jeffrey Epstein, el fallecido millonario sobre el que pesan varios casos de abuso contra menores de edad.
El duque amplió hace poco su equipo legal estadounidense con Melissa Lerner, una graduada de Princeton y Columbia, para trabajar junto con su abogado principal, Andrew Brettler, en el caso, según reveló The Telegraph. La tarifa sería de unos 1476 libras esterlinas (unos 2000 dólares la hora). Según el medio londinense, es la reina quien está pagando «millones de libras» de manera privada en la lucha legal.
Virginia Giuffre es la demandante. Su testimonio se hizo famoso por el documental de Netflix que narró la vida de Epstein y de su pareja, Ghislaine Maxwell, actualmente presa. Ambos dirigieron una red de tráfico de menores a quienes llevaron a sus residencias en Florida, Nueva York, Londres y en la «isla de los pedófilos» al este de Puerto Rico. Giuffre tenía 17 años y afirma que el duque abusó sexualmente de ella en tres ocasiones distintas.
El príncipe Andrew no es el único que ha salido salpicado en el caso. El expresidente de EE. UU., Bill Clinton, también fue cercano a Epstein. De hecho, hay fotografías suyas recibiendo masajes de una joven víctima de esta red de tráfico humano.
Contra la espada y la pared
Toda esta defensa legal costará «millones» en honorarios si se dilata por meses o años. El monto final podría ser más grande si el hijo de la reina llega a algún acuerdo monetario con Giuffre. Según el tabloide británico, los fondos se obtendrán de los ingresos anuales de la reina de una propiedad privada del Ducado de Lancaster.
Una desastrosa entrevista a la BBC fue la que inicialmente dio pie a esta intervención real. Ocurrió en 2019 cuando la presentadora le preguntó a Andrew sobre la acusación. Él respondió: «Puedo decirles categóricamente que nunca sucedió».
Según The Telegraph «la intervención financiera de la reina se consideró una necesidad», ya que el duque no tiene ingresos perceptibles y recibe una pensión al año de 20000 libras esterlinas (unos 27000 dólares). El año pasado, Andrew y su exesposa Sarah Ferguson, fueron demandados por la anterior dueña de un chalet suizo que ambos habían comprado. Según la vendedora, le debían más de 6,6 millones de libras esterlinas (más de 900.000 dólares). Los duques venderán la propiedad para poder pagar la deuda. Luego de eso el hijo de la reina Isabel II no será dueño de ninguna propiedad.
A finales de septiembre trascendió que un tribunal de Nueva York dio al príncipe Andrew hasta el 29 de octubre para que responda a la denuncia por abusos sexuales interpuesta por Giuffre.