Por Diego Salvatierra – La Derecha Diario

Ya han pasado 207 días desde que la ex presidente constitucional de Bolivia, Jeanine Añez, fue aprehendida de forma ilegal por el régimen de Evo Morales y Luis Arce. Una detención plagada de irregularidades, violaciones a los derechos humanos y cargada de revanchismo de los masistas por no haber podido retener el poder en 2019.

El pasado 2 de octubre, el juzgado penal de La Paz denegó la acción de libertad a favor de Añez, la cual había sido pedida por sus abogados luego de haberse extendido por más de 20 días su detención preventiva inicial de 6 meses.

Su detención fue por supuestos delitos de Sedición y Terrorismo durante su gobierno, pero el periodo constitucional para tener a una persona detenida sin que inicie el juicio ya expiró. Por esto, la Justicia cómplice de la dictadura socialista presentó una medida cautelar para ampliar su detención por otros 5 meses, imputándola por otros delitos como Resoluciones Contrarias a la Constitución, Lesiones Graves y Lesiones Seguidas de Muerte, todas causas inventadas por el masismo.

La ex mandataria se encuentra involucrados entre ellos por las denominadas “masacres” de Sacaba y Senkata en 2019, donde es investigada por genocidio. Al mismo tiempo se procesan juicios de responsabilidades en la Asamblea Legislativa por presuntos delitos cometidos con el caso de un crédito del Fondo Monetario Internacional (FMI) y la ampliación de la concesión del Servicio Público de Registro de Comercio (FUNDEMPRESA).

Durante el desarrollo de la audiencia en forma virtual, la ex autoridad tuvo la oportunidad de hacer uso de la palabra por primera vez desde su detención. Durante su alocución insistió en su inocencia y recordó la cadena de hechos que prueban la constitucionalidad de su mandato. Es importante notar que también denunció los abusos a los que es sometida en su estadía en la cárcel, la cual se ha convertido en un espacio de tortura para ella.

Alegó ser dañada física y psicológicamente por los policías del régimen, que las autoridades no le permiten acceder a su medicación, y que sus capacidades cognitivas han sido disminuidas por padecer una anorexia nerviosa, al punto de tener que anotar todo lo que desea expresar ante sus fallas de memoria.

Su hija, y ex encargada de gestión social de la presidencia de Bolivia, Carolina Ribera, puso en conocimiento público que posterior a la audiencia, encontró a su madre en su celda puesta en posición fetal y con tendencias a la inanición.

Según Ribera, el objetivo del régimen es acabar con la vida de su madre, y los responsabilizó si este hecho llega a consumarse. La familia denuncia que toda esta situación es un preludio para que “aparezca suicidada” en algún momento de los próximos meses, asesinada por el régimen.

Recordemos que la ex mandataria ha venido sufriendo en este tiempo un grave deterioro en su salud física acompañada de la negligencia gubernamental. Se le han negado traslados a centros médicos para que sea atendida por profesionales, no se ha considerado sus patologías de base como hipertensión, su antecedente de COVID-19, y sus degeneraciones cognitivas y psicológicas, que la han llevado a intentar quitarse la vida e insistir en los pensamientos suicidas.

Dentro de los múltiples procesos penales, que junto a los relacionados a las “masacres”, que no son más que ataques terroristas hechos por los mismos masistas, se la busca vincular con más de 75 presuntos hechos de corrupción sindicados contra ex ministros de su gabinete, con los cuales, el gobierno busca asegurarle una cadena perpetua si se consigue emitir sentencias por todas las causas que le aquejan.

Para este mismo objetivo, la justicia copada por el socialismo de Evo Morales, ha segmentado el caso de “Golpe de Estado” en tres etapas: una basada en los días previos a la renuncia de Morales y el motín policial, otra, en la llegada de Añez al poder, y una tercera contra quienes “conspiraron” para deponer a Evo de la presidencia.

Lo paradójico de este absurdo procesal es que la ex presidente Añez aparece en el conflicto recién el 11 de noviembre de 2019, posterior a la renuncia voluntaria y huida a México de Evo Morales y su séquito, cuando se considera la posibilidad para que asuma el mando en el senado y posteriormente la presidencia. Presidencia que fue reconocida por el Tribunal Constitucional de Bolivia.

Añez ha escrito en la pared de su celda en La Paz un mensaje para “la dictadura de Arce”, apuntando contra “jueces y fiscales al servicio del régimen” y recordándole al Tribunal Constitucional que ellos avalaron su mandato e inclusive fue invitada a la inauguración del año judicial 2020 por su presidente Paul Enrique Franco. Este mensaje fue luego replicado en las redes de Jeanine Añez, que están actualmente en posesión de su familia.

En todo el país se alistan protestas y un paro nacional para el 11 de octubre, en el que, entre otras cosas, se exigirá el cese a la persecución que lleva a cabo el gobierno de Evo Morales.

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