Por Mamela Fiallo Flor – Panampost.com

Pese a que los más pequeños son quienes menos riesgo corren respecto al coronavirus, el laboratorio Pfizer le pidió este jueves al Gobierno de Estados Unidos que le autorice el uso de su vacuna contra el COVID-19 en niños de 5 a 11 años. Si los reguladores están de acuerdo, la aplicación de las primeras dosis podrían comenzar en cuestión de semanas.

Hasta el momento el límite etario es 12 años. Por lo cual algunas organizaciones de padres de familia se oponen a la medida.

El principal justificativo para vacunar a los menores es el hecho de que pueden ser portadores del virus y, por ende, poner en riesgo a los adultos mayores que son los más vulnerables.

Mediante una publicación en su cuenta de Twitter, Pfizer anunció que presentó formalmente su solicitud ante la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés) para uso de emergencia en menores.

El 9 % de efectos secundarios en jóvenes son graves

Ahora está en manos de la FDA la decisión. Un panel de expertos independientes debatirá públicamente el 26 de octubre si hay suficiente evidencia de que las vacunas son seguras y funcionarán en los niños de la misma manera que en los adolescentes y adultos.

De acuerdo con un informe de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE. UU. (CDC, en inglés), 9 % de los efectos secundarios de la vacuna en jóvenes eran graves y 4 % de los inoculados con efectos secundarios desarrolló un problema cardíaco conocido como miocarditis. Estas cifras corresponden al corte realizado hasta el 16 de julio, cuando había cerca de 9 millones de adolescentes –entre 12 y 17 años– vacunados, de los cuales 9240 reportaron haber sufrido algún efecto secundario.

Si bien la proporción de efectos secundarios graves es bastante baja, el hecho de que la vacuna de Pfizer haya causado en jóvenes casos de miocarditis (la inflamación del músculo cardíaco) y pericarditis (la inflamación del tejido que rodea el corazón) genera preocupación en padres de familia, ante la posibilidad de que la estadística se repita en los niños.

Una advertencia

Por muy mínima que sea la probabilidad, es un riesgo que muchos padres no están dispuestos a correr con sus hijos. Destaca el caso de Ernest Ramírez, quien denuncia que su hijo murió luego de recibir la segunda dosis de la vacuna de Pfizer. Ante esta situación, él se dedicó a recorrer Estados Unidos en su moto para advertir sobre este riesgo, en vista de que plataformas como GoFundMe le negaron acceso para exponer su caso.

Los funcionarios de salud afirman que los beneficios de recibir la vacuna superan cualquier riesgo. Para evitar confusiones de dosis, Pfizer tiene planificado enviar viales especialmente marcados para uso pediátrico que contienen la dosis más baja.

Antes de que la FDA pueda autorizar el uso de emergencia de dosis para niños, los asesores de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades deberán decidir si recomiendan las vacunas para los más jóvenes.

Menos efectividad, más dosis

A esto se suma que Pfizer recientemente demostró que tras la segunda dosis de su vacuna se reduce la efectividad a 47 % luego de seis meses, por lo cual sería necesaria la aplicación de una tercera dosis. Ya en España, donde el Ministerio de Sanidad tiene convenio con Pfizer y Moderna, la ministra a cargo de la cartera anunció que será necesaria la tercera dosis y que será anual.

Por ende, no solo se trataría de vacunar a los menores en dos ocasiones sino posiblemente volverlos sujetos de vacunaciones continuas. Pues como anunció la Organización Mundial de la Salud, el coronavirus no se va a erradicar. La OMS considera que el virus se normalizará hasta volverse como la gripe.

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