Traducido de Greatgameindia.com por Tierrapura.org

Los espías de la CIA utilizan las cafeterías Starbucks para reunirse con sus superiores, escribe la ex agente de la CIA Amaryllis Fox en su libro “Life Undercover: Coming of Age in the CIA”.

Las memorias de Fox, tituladas Life Undercover: Coming of Age in the CIA, describen sus experiencias como oficial. Antes de la publicación del libro, numerosos periodistas y antiguos oficiales de la CIA señalaron que el manuscrito de sus memorias había sido enviado a la editorial Knopf Doubleday sin haber recibido primero la aprobación del Consejo de Revisión de Publicaciones de la CIA, lo que suponía una posible violación de los acuerdos de confidencialidad firmados por el personal de la CIA.

Fox estuvo representado en ese proceso por el abogado Mark Zaid. Algunos antiguos responsables de casos de la CIA han expresado su escepticismo sobre algunos elementos de la narración de los hechos por parte de Fox o han planteado preguntas sobre la elusión del largo proceso de aprobación de la CIA.

Fox respondió afirmando que había tenido cuidado de no revelar detalles potencialmente sensibles y que algunos personajes eran composiciones.

Fox empezó a trabajar en la CIA en 2002, con 21 años, y lo dejó ocho años después. En su libro, entre otras cosas, revela cómo negoció con traficantes de armas para comprar armas biológicas y químicas en el mercado negro mundial.

Fox explica en su libro cómo se organizan estos encuentros:

“Él [el instructor]le da una tarjeta de regalo a cada uno de sus activos y les dice: ‘Si necesitas verme, sólo tienes que comprar un café’.

Luego comprueba los números de las tarjetas en un ordenador del cibercafé cada día, y si el saldo de una se agota, sabe que tiene una reunión…

[Así se ahorra tener que pasar cada día por un montón de sitios con señales físicas diferentes… y los números de las tarjetas no están vinculados a las identidades, por lo que todo es bastante seguro”, escribe la ex agente de la CIA.

Según un cable de alto secreto, a la CIA le preocupa que sus agentes sean capturados y asesinados por docenas en el extranjero. La advertencia señala que los espías han sido rastreados en países como Irán y China y convertidos en agentes dobles. 

Se ha informado de que un miembro del equipo del jefe de la CIA sufrió los síntomas del síndrome de La Habana durante su viaje a la India.

Algunos funcionarios estadounidenses han interpretado el nuevo incidente del síndrome de La Habana como un mensaje directo al jefe de la CIA de que nadie está a salvo, incluidas las personas de su entorno.

Recientemente, los servicios de inteligencia rusos y bielorrusos han revelado oficialmente cómo frustraron la revolución de color respaldada por la CIA y un intento de golpe militar para derrocar al gobierno bielorruso, así como el asesinato del propio presidente de Bielorrusia, Alexander Lukashenko.

Fue Lukashenko quien el año pasado sacó a la luz cómo el Banco Mundial obligó a los gobiernos soberanos a imponer estrictos bloqueos para la ayuda al coronavirus.

Anteriormente, la operación de contrainteligencia rusa desbarató un intento similar en Rusia, en el que se detuvo a Alexei Navalny colaborando con un agente del Mi6 británico para derrocar al presidente ruso Vladimir Putin.

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