Fuente: Primer Informe
Mientras duró el largo proceso legal para extraditar a Álex Saab hasta los Estados Unidos, su actual esposa, la modelo italiana Camila Fabri, mantuvo un perfil reservado. De hecho, su paradero no era conocido con exactitud.
Algunos reportes la ubicaban instalada en Moscú, la capital de Rusia, desde hacía meses. Así que su presencia en el acto organizado por el chavismo el pasado fin de semana en Caracas fue sorpresiva.
Para el régimen de Nicolás Maduro, la captura y ahora extradición de Saab es un fuerte revés. El régimen teme que el empresario colombiano proporcione información sobre los negocios del chavismo por el mundo.
Al respecto Jorge Arreaza, ex canciller de la dictadura venezolana, le había escrito a Saab una carta con una sutil amenaza. La misiva señalaba que Saab tenía información considerada “clasificada” por el régimen.
Arreaza escribió que si Saab era extraditado lo presionarían para que revelara información que Maduro preferiría mantener en reserva.
«Usted está sujeto a la ley venezolana y tiene el deber de mantener una estricta confidencialidad con respecto a la información clasificada que posee», advertía el ex canciller chavista a Saab.
Ahora, la familia del llamado testaferro de Nicolás Maduro, su esposa y al menos tres hijos, estarían bajo el poder del régimen chavista. En su aparición en el acto, Fabri lució incómoda y reiteró que, supuestamente, su esposo no colaborará con EEUU.
Reaparición sorpresiva
Antes de aparecer en el acto en Caracas, Fabri había intentado visitar a su esposo mientras estuvo en Cabo Verde. Las autoridades, sin embargo, no aprobaron las visas a tiempo. Medios caboverdianos reportaban que se trataba de una maniobra política para presionar al pequeño país insular.
Por eso, Fabri denunció este domingo que no le permitieron visitar a Saab. Fabri también dijo que estuvo recientemente en Cuba. Allí intentó también tramitar su visa para visitar Cabo Verde. Supuestamente, los funcionarios de la sede diplomática le dijeron que era considerada “persona no grata”.
Antes de eso, Camila Fabri había resonado en los medios de comunicación en 2019. Ese año,la justicia italiana le incautó lujosos bienes. El elevado estilo de vida que llevaba y movimientos sospechosos en su cuenta bancaria la convirtieron en un personaje de interés para las autoridades italianas.
La prensa de ese país reseñó que trabajaba en una tienda de ropa y ganaba 1.800 euros mensuales. Pero, pagaba €5.800 de alquiler al mes y se compró una Range Rover de €54.500. Ese costoso tren de vida lo comenzó a tener luego de contraer nupcias con Saab en el año 2014.
Negocios en Reino Unido
Esas sumas de dinero se movían desde el Reino Unido. Provenía de una empresa llamada Kinlock Investment, dirigida por Lorenzo Antonelli, cuñado de Fabbri. El dinero terminó invertido en acciones de un fideicomiso británico y una compañía de Dubái.
Las transacciones levantaron alertas en Italia. Así que el país europeo se dispuso a controlar sus cuentas bancarias e investigarla por el delito de lavado de dinero.
A Fabri le confiscaron un edificio, obras de arte y un aproximado de 1,8 millones de euros. El dinero proviene de los sobornos que el gobierno de Maduro le habría pagado a Alex Saab por una supuesta trama de corrupción con la distribución de alimentos en Venezuela.
La web de periodismo de investigación Armando.Info, reveló que Antonelli fue otro de los testaferros de Álex Saab. El cuñado de la italiana Camilla Fabri ha formado parte de la directiva de Adon Trading FZE y otras compañías relacionadas con Saab. Entre ellas Asasi Food FZC, Marilyns Proje Yatirim y Glemore Proje Insaat.