Traducido de AaronSiri.substack.com por TierraPura.org

El CDC está librando una guerra contra su propia credibilidad al negarse a aceptar la inmunidad natural

¿Proporciona la vacuna Covid-19 una mayor inmunidad que la infección previa? Mientras los expertos debatían, la Red de Acción para el Consentimiento Informado (ICAN) llegó al fondo de esta cuestión. Se ha comprometido a mantener un intercambio formal con los CDC sobre esta cuestión concreta. La respuesta no es sorprendente: ¡la inmunidad natural gana! 

El intercambio, aunque largo, merece la pena leerlo. En resumen, y esto va a ser un eufemismo, el CDC no logra refutar la ciencia clara, consistente e irrefutable que demuestra la superioridad de la inmunidad natural en comparación con la inmunidad de la vacuna. En resumen:

¿Quién tiene más probabilidades de contraer Covid-19 (la enfermedad sintomática)?  La respuesta es clara.  La inmunidad natural proporciona una protección superior al 99% contra el Covid-19, mientras que la inmunidad de la vacuna está muy por debajo de este nivel de protección, incluso directamente después de la vacunación, y a partir de ahí disminuye rápidamente.

¿Quién tiene más probabilidades de infectarse y transmitir el virus (con o sin síntomas)?  La respuesta es de nuevo muy clara.  La inmunidad de la vacuna no evita la infección y la transmisión, mientras que la inmunidad natural sí lo hace.  Como explicó el director de los CDC, los vacunados deben llevar mascarillas porque “lo que ya no pueden hacer [las vacunas contra el COVID-19] es prevenir la transmisión”. 

Peor aún, según los datos oficiales del gobierno del Reino Unido e Israel, los efectos adversos conocidos de la vacuna Covid-19 superan los beneficios conocidos de la vacunación de los inmunes por naturaleza.  

La lección, una vez más, no es que las autoridades sanitarias nunca deban cometer errores.  Los cometerán. Ocurre. La lección es que los derechos civiles e individuales nunca deben depender de un procedimiento médico. Todo el mundo,  inmune por naturaleza o no, que quiera vacunarse y reforzarse debería ser libre de hacerlo. Pero nadie debe ser obligado por el gobierno a participar en ningún procedimiento médico.  

Posdata importante:  Para aquellos que aún no conocen la ICAN, deberían hacerlo. Permítanme presentar a la ICAN de esta manera: todos queremos productos de consumo más seguros, ¿verdad?  Coches más seguros.  Aviones más seguros. Juguetes más seguros. Medicamentos más seguros.  Bueno, ¿y qué pasa con las vacunas más seguras?  Ya sabe, los productos de consumo que se inyectan literalmente en el cuerpo. La ICAN lleva más de cinco años luchando por unas vacunas más seguras para todo el mundo y mi bufete ha tenido la suerte de ser el principal asesor jurídico de la ICAN en esta batalla continua.

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