Por Alejandro Peña Esclusa – gaceta.es
El Foro de Sao Paulo (FSP) representa un peligro para la democracia, las libertades y los derechos humanos en toda la Iberosfera. Han transcurrido 31 años desde su reunión fundacional a la cual acudieron originalmente 68 fuerzas políticas pertenecientes a 22 países latinoamericanos y caribeños, tres décadas en las que ha pasado por tres etapas:
La primera etapa, desde 1990 hasta 1998, fue un período de sobrevivencia y estabilización, puesto que la dictadura cubana y el marxismo en general quedaron afectados por la desintegración de la Unión Soviética.
La segunda, desde 1998 –cuando Hugo Chávez ganó las elecciones en Venezuela–, fue una fase de expansión gracias a los petrodólares recibidos desde Caracas; financiamiento que ha quedado plenamente comprobado con las recientes confesiones de Hugo “El Pollo” Carvajal. El propio Foro de Sao Paulo denominó este ciclo como su «década dorada» dado que llegaron a tener 14 presidentes iberoamericanos gobernando simultáneamente.
La tercera se inició después de la destitución de Manuel Zelaya en Honduras, en el año 2009, cuando el Foro de Sao Paulo comenzó a perder elecciones como resultado de sus malas gestiones gubernamentales y escándalos de corrupción. En esta fase –que sigue actualmente su curso– al FSP le cuesta ganar elecciones limpiamente, por lo que está implementando otros mecanismos para acceder al poder que incluyen protestas vandálicas o brisitas bolivarianas, el fraude electoral y la guerra jurídica o «lawfare».
En pocos meses se definirá si Iberoamérica cae en manos del FSP o si, por el contrario, el continente podrá recuperar plenamente la democracia. Actualmente, existen siete países iberoamericanos gobernados por partidos de derecha o centro-derecha: Brasil, Colombia, Chile, Ecuador, Paraguay, República Dominicana y Uruguay; y otros siete gobernados por socialistas: Argentina, Bolivia, Cuba, México, Nicaragua, Perú y Venezuela. El Foro de Sao Paulo pretende inclinar la balanza a su favor por medio de triunfos electorales –reales o fraudulentos– en Chile, Colombia y Brasil, en orden cronológico.
En cuanto a Centro-América, Honduras tendrá elecciones presidenciales este 28 de noviembre. Xiomara Castro, esposa del expresidente depuesto Manuel Zelaya, es la candidata del Foro de Sao Paulo y pretende ganar los comicios para sumar un nuevo país al eje castro chavista.
Para los electores iberoamericanos es de vital importancia conocer qué es y cómo funciona el Foro de Sao Paulo, puesto que cuando votan por uno de sus candidatos no eligen a un postulante autónomo, sino a un representante de una organización internacional que impondrá un modelo de tiranía y de destrucción como ha quedado demostrado en los casos de Cuba, Nicaragua y Venezuela.
La ventaja que tienen los integrantes del Foro de Sao Paulo sobre los sectores democráticos es que aquellos trabajan coordinadamente, aunque constituyan una minoría; mientras que éstos operan dentro de su propio territorio nacional. Para subsanar esta desventaja urge que todos los movimientos democráticos de la Iberosfera establezcan una alianza regional para protegerse de los embates del Foro.
Además de la labor política es necesario también abordar los aspectos culturales e ideológicos ya que el Foro de Sao Paulo no solo busca el control de nuestras naciones, sino también demoler los principios y los valores de nuestra Civilización Judeocristiana Occidental como prerrequisito para imponer su proyecto de dominación.
Muchos pensaron que el comunismo había desaparecido luego de la caída del Muro de Berlín, una falsa percepción que permitió al FSP crecer y fortalecerse hasta convertirse en la amenaza que representa hoy en día. Afortunadamente, cada vez existe mayor conciencia sobre este desafío, lo que constituye una esperanza para hacer de la Iberosfera una región pujante de desarrollo, libertades y progreso.
*Alejandro Peña Esclusa es autor de ‘La guerra cultural del Foro de Sao Paulo’