Por Andrés Vacca – BLes.com
Según informó el subsecretario de Política del Departamento de Defensa, Colin Kahl, durante su testimonio ante el Comité de Servicios Armados del Senado el martes 26 de octubre, ISIS-K , la rama del grupo terrorista ISIS activo en Afganistán podría tener la capacidad de lanzar ataques internacionales en solo seis o 12 meses.
Kahl aseguró durante su discurso que tanto ISIS-K como el grupo terrorista Al-Qaeda quieren llevar a cabo ataques internacionales pero no tienen la capacidad para hacerlo en la actualidad.
Sin embargo advirtió que no se encuentran muy lejos de alcanzar lo necesario como para llevar a cabo atentados fuera de Afganistán y que en menos de un año reunirían las condiciones para poder concretarlos.
“Creo que la comunidad de inteligencia evalúa que tanto ISIS-K como al-Qaeda tienen la intención de realizar operaciones externas, incluso contra Estados Unidos. Pero ninguno de los dos tiene actualmente la capacidad para hacerlo”, dijo Kahl.
“Podríamos ver que ISIS-K genera esa capacidad en algún momento entre 6 o 12 meses. Creo que las evaluaciones actuales de la comunidad de inteligencia es que al-Qaeda tardaría uno o dos años en reconstruir esa capacidad”, agregó el funcionario del Pentágono.
Las declaraciones Kahl, recuerdan que la retirada caótica de Estados Unidos de Afganistán, con la consecuente pérdida de control sobre las células terroristas en la región, podrían plantear serias preocupaciones de seguridad nacional.
Los talibanes, quienes ahora ejercen el poder de gobernar en Afganistán, se consideran enemigos de ISIS, ambos grupos terroristas se encontraban debilitados bajo el antiguo gobierno afgano y la presencia de tropas militares occidentales.
Pero tras la retirada estadounidense y el resurgimiento de los talibanes, tanto el Estado Islámico como las células de ISIS buscan retomar el poder bajo un gobierno talibán caótico y desfinanciado.
Tal es así, que luego de la retirada de Estados Unidos de Afganistán se detectaron varios atentados suicidas y otros ataques reivindicados por el ISIS. Incluyendo la decapitación de un miembro de la milicia talibán por parte del Estado Islámico en la ciudad oriental de Jalalabad.
En su testimonio ante el Comité de Servicios Armados del Senado, Kahl puso en duda la capacidad de los talibanes para luchar contra el ISIS de manera efectiva luego de la retirada de Estados Unidos en agosto.
“Nuestra evaluación es que los talibanes y el ISIS-K son enemigos mortales. Así que los talibanes están muy motivados para perseguir al ISIS-K. Su capacidad para hacerlo, creo, está por determinar”, dijo Kahl.
Por su lado, el ministro interino de Relaciones Exteriores, Amir Khan Muttaqi, del nuevo gobierno talibán, aseguró que abordará la amenaza de los militantes del Estado Islámico (ISIS). También intentó tranquilizar a Occidente diciendo que Afganistán no se convertiría en una base de terroristas para ataques a otros países, reportó Reuters.
Al-Qaeda, si bien también se encuentra reducido en poder y finanzas, implica un problema más complejo, dado que antiguamente han mantenido buenas relaciones con los Talibanes, de hecho justamente su relación fue lo que desencadenó la intervención militar de Estados Unidos en Afganistán en 2001, luego de los ataques de Al-Qaeda a las torres gemelas en Estados Unidos, los cuales fueron planificados y dirigidos por el grupo terrorista desde Afganistán y bajo la complicidad de los talibanes.
Kahl durante su mensaje en el Congreso, dijo que el objetivo era interrumpir el desarrollo del Estado Islámico y Al Qaeda, para que estos grupos no sean capaces de atacar a Estados Unidos. Lo cual no queda claro cómo se llevará a cabo sin la presencia de tropas en Afganistán, donde se sabe que mantienen sus bases de operación.