Fuente: La Derecha Diario

El magnate de la industria de la tecnología, Elon Musk, lanzó una durísima crítica contra la Organización de las Naciones Unidas (ONU) vía Twitter, donde los acusó de derrochar el dinero de los países que contribuyen para acabar con el hambre mundial.

Todo empezó con un titular de CNN, que a partir de una entrevista al director del Programa Mundial de Alimentos de las Naciones Unidas (WFP), David Beasley, aseguró que “el 2% de la fortuna de Elon Musk podría solucionar el hambre mundial“.

Esta frase no pasó desapercibida, y el co-fundador de Deep Instinct, el Dr. Eli David, salió al cruce citando que en 2020, con un presupuesto de 8,4 mil millones de dólares, el WFP no solucionó el hambre, un valor mayor al “2%” de la fortuna de Musk, que serían unos 6 mil millones de dólares.

Ante esto, Musk intercedió personalmente y aseguró que si el WFP le detalla qué es lo que haría con ese dinero, vendería acciones de Tesla inmediatamente para recaudar los 6 mil millones de dólares y donárselos. Con la estipulación de que la organización use “contabilidad de código abierto, para que el público vea con precisión cómo se gasta el dinero“.

En vez de explicar cómo se gastaría ese dinero, Beasley respondió agrediendo a Musk. En pocos caracteres, le aseguró que el titular de CNN era falso, pero que con ese dinero él podría “prevenir inestabilidad geopolítica, migración masiva, y salvar a 42 millones de personas de morir de hambre este año“.

Elon Musk no se metió en las mentiras argumentativas del ejecutivo de la ONU, y en su lugar le citó una noticia del respetable medio británico Express, que reveló que en 2015, oficiales del WFP abusaron sexualmente de niños de tan solo 9 años en la República Centoafricana, a quienes obligaron a practicarles sexo oral a cambio de comida.

Esa noticia que citó Musk es incluso peor, ya que según reveló The Guardian unos meses después, la ONU no inició una investigación interna de lo que había pasado con estos trabajadores de la organización, y suspendió a la persona que filtró esta información, un ex funcionario de la ONU de nombre Anders Kompass.

La investigación también reveló que la agencia de la ONU para la infancia, UNICEF, no actuó sobre los informes de las denuncias. Ban ki-Moon, quien era entonces Secretario General de la ONU, y la argentina Susana Malcorra, quien era su Jefa de Gabinete, trataron de evitar que este asunto salga a la luz, amenazando a los denunciantes y presionándolos con hacerles perder su trabajo.

La ONU, UNICEF y el Programa Mundial de Alimentos fueron galardonados con el Premio Nobel de la Paz en 2020, a pesar de que esta causa sigue sin resolver y los abusadores no han sido arrestados. Además, han estado plagados de acusaciones de abuso sexual sistémico, y ese caso en la República Centroafricana no es el único ejemplo.

Internamente, una revisión independiente de la ONU reveló hace un año que más de dos docenas de trabajadores en el WFP habían sufrido violación o agresión sexual mientras trabajaban. El número de incidentes de agresión sexual denunciados en general fue significativamente mayor.

El estudio, realizado por consultores de la firma Willis Towers Watson (WTW), también encontró “resultados sorprendentes sobre la experiencia de comportamiento abusivo” de manera más general en el WFP. 

Los consultores organizaron una encuesta anónima al personal de la organización. De los 140 encuestados, 28 dijeron haber sufrido “violación, intento de violación u otro asalto sexual”. Cincuenta de los encuestados informaron también sobre instancias de “abuso de autoridad”. Otros 41 dijeron haber experimentado acoso no sexual, incluidos “gritos y agresión” y “difusión de rumores falsos”.

El informe concluyó que el WFP necesitaba una “revisión sistémica” de la forma en que trata a sus empleados, y se relaciona con los niños a los que ayuda, pero la ONU nunca hizo nada con este informe.

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