Fuente: KontraInfo.com
En tiempos en los que se comienzan a aplicar “pases sanitarios” y vacunaciones obligatorias en distintos países, la prestigiosa revista científica “The Lancet” vuelve a advertir con una publicación contra el relato mediático de la “pandemia de no vacunados”, alertando, por el contrario, sobre el rol de las personas vacunadas en la extensión de la enfermedad. “Se esperaba que las altas tasas de vacunación contra COVID-19 redujeran la transmisión del SARS-CoV-2 en las poblaciones al reducir el número de posibles fuentes de transmisión y, por lo tanto, reducir la carga de la enfermedad por COVID-19. Sin embargo, datos recientes indican que la relevancia epidemiológica de las personas vacunadas con COVID-19 está aumentando”, sostiene el artículo. Günter Kampf, autor del texto, es investigador del “Institute for Hygiene and Environmental Medicine” de Greifswald, Alemania.
“En el Reino Unido se describió que las tasas de infección entre los contactos domésticos expuestos a casos índice completamente vacunados eran similares a los de los contactos domésticos expuestos a casos índice no vacunados (25% para los vacunados frente al 23% para los no vacunados)”, afirma la publicación, y cita un estudio en el que se demuestra que “12 de 31 infecciones en contactos domésticos completamente vacunados (39%) surgieron de casos índice vinculados epidemiológicamente completamente vacunados. La carga viral máxima no difirió según el estado de vacunación o el tipo de variante”.
Pasando al caso de países de Europa Continental, el artículo de The Lancet cita otro estudio que sostiene: “En Alemania, la tasa de casos sintomáticos de COVID-19 entre los completamente vacunados (“infecciones progresivas”) se informa semanalmente desde el 21 de julio de 2021 y era del 16,9% en ese momento entre los pacientes de 60 años o más. Esta proporción aumenta semana a semana y era del 58,9% el 27 de octubre de 2021, lo que proporciona una clara evidencia de la creciente relevancia de los vacunados como posible fuente de transmisión”.
Volviendo al Reino Unido, donde las autoridades gubernamentales ya promocionan una cuarta dosis y tres meses entre inoculaciones, la situación es similar: “Entre la semana 39 y 42, se reportaron un total de 100.160 casos de COVID-19 entre ciudadanos de 60 años o más. 89.821 ocurrieron entre los completamente vacunados (89.7%), 3.395 entre los no vacunados (3.4%). Una semana antes, la tasa de casos de COVID-19 por 100.000 era mayor entre el subgrupo de vacunados en comparación con el subgrupo de no vacunados en todos los grupos de edad de 30 años o más”.
En el caso de Israel, país que ha sostenido récords de vacunación en su población: “se informó de un brote nosocomial que involucró a 16 trabajadores de la salud, 23 pacientes expuestos y dos miembros de la familia. La fuente fue un paciente COVID-19 completamente vacunado. La tasa de vacunación fue del 96,2% entre todas las personas expuestas (151 trabajadores sanitarios y 97 pacientes). Catorce pacientes completamente vacunados enfermaron gravemente o murieron, los dos pacientes no vacunados desarrollaron una enfermedad leve”.
Por último, se menciona el caso de EEUU, donde paradójicamente, estados renuentes a la vacunación, como Texas, Florida o Dakota del Sur presentan hoy pocos casos de contagio, mientras que “Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EE. UU. Identifican cuatro de los cinco condados principales con el porcentaje más alto de población completamente vacunada (99,9–84,3%) como condados de transmisión “alta””.
Dada esta situación, el artículo concluye con una fuerte advertencia: “Muchos tomadores de decisiones asumen que los vacunados pueden ser excluidos como fuente de transmisión. Parece ser una negligencia grave ignorar a la población vacunada como una posible y relevante fuente de transmisión”.
Günter Kampf ya había presentado un análisis similar en otra nota de opinión publicada días atrás, titulada “COVID-19: estigmatizar a los no vacunados no está justificado”.