Fuente: La Derecha Diario
Uno de los datos que más sorprende a la población mundial cuando analiza los números de la pandemia, que este mes cumple dos años, es el registro de casos en China.
La combinación de alta transmisibilidad y baja mortalidad convirtió al SARS-CoV-2 en un patógeno perfecto para una pandemia, a diferencia de otros virus más letales que nunca llegan a esparcirse por todo el mundo justamente por su alta tasa de fatalidades, como es el caso del MERS o el Ébola.
En dos años, la pandemia de Covid-19 se ha extendido por todo el mundo y ha causado más de 250 millones de infecciones y 5 millones de muertes, a pesar de los esfuerzos sin precedentes para detenerla.
El virus apareció por primera vez en Wuhan, China, bajo condiciones que todavía no se tienen del todo claras, y la teoría de que se fugó de un Laboratorio de Virología es una hipótesis que cada vez toma más fuerza.
Lo extraño es que esta enfermedad respiratoria de alta transmisibilidad solo ha contagiado hasta la fecha a 99.083 personas en China. Dado que su población supera los 1.400 millones de habitantes, solo un 0,007% de los chinos se han contagiado de coronavirus, certeramente el nivel de contagios más bajo del mundo.
Comparando con el resto del mundo, a pesar de que China representa el 19% de la población mundial, solo ha reportado 0,05% del número total de casos globales, una estadística que no se justifica en las medidas sanitarias, que han sido incluso más laxas en territorio chino que en otros países del mundo, como Australia o Alemania.
El ex presidente Trump contó que durante el 2020, le sorprendió ver la brutalidad con la que China impuso una cuarentena en Wuhan, prácticamente aislándola por casi un año del resto del país, pero que tardó meses en cerrar los vuelos de Wuhan al resto del mundo. Según dijo en una reciente entrevista en el programa de Hannity en Fox News, “China cerró el acceso de Wuhan al resto de China pero no al resto del mundo”.
Esta frase de Trump se puede comprobar empíricamente, aunque en realidad la restricción no fue a Wuhan si no que a toda la provincia de Hubei. Lo que resulta extraño es que en esta región, que acapara a 58,5 millones de personas, hubo tan solo 68.311 casos hasta la fecha, una tasa de contagios menor al 0,11%. También, un número irrisorio comparado a otros países.
Según las autoridades del Partido Comunista Chino, las vacunas Sinovac y Sinopharm han sido un éxito rotundo. China actualmente hace testeos masivos de toda la población una vez por mes, y mantiene tasas de negatividad arriba del 99,9%, o al menos eso informa.
Las vacunas chinas han sido utilizadas ampliamente en Sudamérica y en Europa, con resultados paupérrimos. Poco hizo la vacuna para reducir los contagios de la variante Delta, ni tampoco las muertes. El dato es lapidario, más personas murieron en 2021 por Covid que en 2020, cuando no existía la vacuna y el sistema de salud en todos los países del mundo estaba supuestamente colapsado.
Desde la introducción de la vacuna, no se percibe una caída signficativa del promedio de casos, por el contrario, desde que en 2021 muchos países del mundo relajaron las cuarentenas, las vacunas no frenaron los contagios y la suba en la actividad vino acompañada por una suba de casos proporcional.
Las muertes también subieron. En 2021 murieron 3,35 millones de personas por Covid, mientras que en 2020 solo fallecieron 1,88 millones.
Si la vacuna no tiene un efecto por ahora significativo en la reducción de la cantidad de muertes, y la transmisibilidad del virus se da más fuerte en países más densamente poblados, ¿por qué China no registra prácticamente casos?
La Organización Mundial de la Salud (OMS), dirigida por el apologista de la dictadura comunista Tedros Adhanom, ha repetido en varias ocasiones que los datos que salen de China son verdaderos y no están falsificados, pero no hay una explicación fehacible para los números de la pandemia en China basados en la ciencia.
Lo más probable es que las autoridades del Partido Comunista Chino estén escondiendo casos, proveyendo información falsa a la OMS y evitando una auditoría a través del lobby y cuantiosas cantidades de dinero.
La otra opción es que el virus chino no sea tan contagioso como se lo publicita en Occidente, con muchos casos de gripe común o neumonía de la comunidad mal calificadas como Covid-19, probablemente por mala calidad de tests PCR.
Sea cual sea la realidad, los números en China no cierran, y debería llevarse a cabo una profunda investigación para entender mejor esta pandemia que ha revolucionado el mundo en dos cortos años.