Fuente: La Derecha Diario

Brasil no es un país que esté endeudado con el Fondo Monetario Internacional (FMI), pero sí lo estuvo en el pasado. A pesar de que actualmente no hay financiación del Fondo a las arcas públicas del Tesoro brasileño, el organismo internacional mantiene una oficina permanente en el país, desde donde hace proyecciones económicas, brinda asesoramiento al gobierno y analiza la situación crediticia del país.

Sin embargo, desde que llegó Jair Bolsonaro al poder, el FMI ha estado operando en contra del líder de la derecha con estimaciones del crecimiento de la economía del país muy malas, en las que año a año subestiman lo que crecerá Brasil. Ocurrió en 2019, en 2020 y todo indica que volverá a ocurrir en 2021.

Han pasado años desde que los necesitaban aquí. Se quedaron porque les gusta la feijoada, el fútbol, la buena conversación y, de vez en cuando, criticar y hacer predicciones equivocadas”, declaró Paulo Guedes, el superministro de Economía de Bolsonaro, quien detalló que a partir del 30 de junio ya no reconocerá la oficina de la institución en Brasilia.

Bolsonaro cumplió con el pedido de Guedes y anunció que echaría al representante permanente del FMI del país y le pedirá a Kristalina Georgieva que ponga fin a la misión del Fondo en Brasil. “Invitó al órgano a hacer pronósticos en otro lugar. Acá ya no los necesitamos más“, lanzó.

El Fondo acordó cerrar su oficina brasileña para esa fecha, que coincide con el día en el que se le termina el mandato al actual representante del FMI y debía ser reemplazado.

FMI revisa para cima projeção para o PIB do Brasil: 5,3% em 2021 - Revista  Oeste

En el anuncio, Guedes citó por ejemplo el “error” del Fondo en estimar la caída del país durante la pandemia. Mientras el FMI aseguraba que el Producto Bruto Interno (PBI) caería en 2020 un 9%, finalmente el producto interno se contrajo solamente un 4% en 2020.

Por estos pronósticos fallidos, Brasil se perdió muchas oportunidades de inversión, explicó Guedes en un encuentro con empresarios en Sao Paulo este viernes, al que acudió junto al presidente Bolsonaro y otros ministros.

Ahora, el Ministerio de Economía proyecta que Brasil crecerá un 5% en 2021 y un 2% en 2022, una estimación muy distinta a la del FMI, que estima un crecimiento menor al 3% para este año y directamente una caída nuevamente en 2022.

“El FMI fue útil en el pasado, pero Brasil ha hecho un trabajo extraordinario en el área fiscal”, dijo a CNN Brasil el superministro. “No lo necesitamos estacionado en el país”.

La oficina del FMI en Brasil se volvió obsoleta desde que el gobierno pagó por completo sus préstamos con la organización con sede en Washington en 2005“, sentenció.

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